Aspiramos a dormir 8 horas de un tirón pero no siempre lo conseguimos. ¿Qué consecuencias tiene no conciliar el sueño?
Hoy es el Día Mundial del Sueño, un día que para muchos es una pesadilla porque no duermen sus 8 horas, ni 7, ni 6 y algunos ni siquiera 5 o 4. A través de este día cuyo lema en 2019 es “Sueño saludable, envejecimiento saludable”, se intenta concienciar a la sociedad sobre los trastornos del sueño, promover la prevención, la educación y una mejor comprensión de un trastorno que afecta a salud y la calidad de vida del 45% de la población.
¿Se hace dura la noche sin dormir, eh? La Asociación Mundial de Medicina del Sueño, creadora de este día, afirma que la ausencia de sueño puede provocar falta de memoria y problemas de sexualidad. Y si ya es crónica, acarrea cansancio, irritabilidad y mal genio. Además según estudios científicos dormir menos de seis horas acorta la vida. Por ello, hay que reconocer la importancia de tener unos buenos hábitos para conciliar el sueño.
En España hay 4 millones de personas que padecen insomnio y se pasan las noches de blanco en blanco, como decía Don Quijote. Si no duermes lo suficiente te levantas sin energía y de un humor de perros porque, según explican desde el Instituto del Sueño, “El sueño es una parte integral de la vida cotidiana, una necesidad biológica que permite restablecer las funciones físicas y psicológicas esenciales para un pleno rendimiento”. ¿Por qué tenemos que dormir? Simple y llanamente para estar despiertos durante el día. Como el organismo debe estar en equilibrio, la vigilia se complementa con el sueño.
El sueño es un pilar fundamental en la salud de los individuos y de las poblaciones. “Ya reconocemos la importancia de la alimentación (incluida la hidratación) o el ejercicio, pero el descanso se considera imprescindible para la salud física y mental. El sueño insuficiente o no reparador tiene importantes consecuencias en el bienestar del sujeto, en su rendimiento y a nivel orgánico”, sostiene la doctora Milagros Merino, miembro del comité científico de la Sociedad Española del Sueño.
Es tan importante dormir que existe una relación entre el sueño insuficiente y el riesgo de obesidad e hipertensión, deterioro cognitivo relacionado con la edad, problemas endocrino-metabólicos o de desarrollo, menor respuesta inmune y mayores tasas de depresión. Algunos estudios, incluso, han vinculado el sueño regular con un menor envejecimiento en la piel y con un mayor tono de los tejidos.
La verdad es que si sabemos todo lo que puede acarrear no dormir bien esta noche no pegamos ojo porque, según otros estudios, encabezados por el cardiólogo Valentín Fuster, han relacionado el sueño y el riesgo cardiovascular: las personas que duermen menos de seis horas al día tienen un riesgo un 27% superior de sufrir aterosclerosis, una acumulación de grasa y colesterol en las paredes de las arterias que se relaciona con el infarto de miocardio y con la angina de pecho, y el riesgo aumenta hasta el 34% cuando ese sueño es de mala calidad.
Mientras dormimos, el cerebro elimina las toxinas que se acumulan en él durante el día y que, potencialmente, tienen capacidad para acelerar su envejecimiento. Un descanso inadecuado, sin embargo, propicia una acumulación excesiva en el cerebro de proteína beta-amiloide y una mala eliminación de residuos en esta área. La acumulación de proteína beta-amiloide es un hallazgo clásico de la enfermedad de alzhéimer. Y se ha demostrado que que la deficiencia de sueño “provoca un menor rendimiento cognitivo que, hasta en un 15% de los casos, ha sido identificado erróneamente como una enfermedad de Alzheimer”, insisten desde la Sociedad Española del Sueño.
Y también engorda no dormir porque quien duerme menos presentan niveles bajos de leptina, la hormona de la saciedad, que ocasiona que durante el día tengamos más hambre.
Si nos ponemos a enumerar estudios que afirmar que dormir mal tiene consecuencias catastróficas no acabamos nunca, porque también hay riesgo de diabetes, se debilitan los huesos, la presión arterial aumenta, hay riesgo de depresión, etc.
¿Qué hacer? Dormir mejor y más tiempo, que muchas veces nos vamos a la cama a las tantas con mil preocupaciones para consultar con la almohada y así no hay manera.
¿Cuánto sueño es suficiente? Según la Academia Americana del Sueño, mínimo 6 horas para los adultos entre los 18 y los 64 años; quienes sobrepasen esa edad, con 5 tienes suficiente. Los niños, por supuesto, necesitan más tiempo de sueño: 7 horas los adolescentes y entre 8 y 10 los más pequeños.
¿Y si no dormimos? Es un problema muy extendido. El Observatorio de la Calidad del Sueño señala que “el 80% de los que sufren problemas del sueño no acuden a un especialista por desconocer que se trata de un trastorno” y que 1 de cada 3 personas padece insomnio en nuestro país, pero solo un tercio acude a un especialista para tratarlo.
Como de las pastillas para dormir, no vamos a hablar porque es un asunto para tratarlo con el especialista, hay que mantener una buena higiene del sueño: acostarnos siempre a la misma hora, dejar los móviles y las pantallas apagadas, cenar pronto, no hacer ejercicio fuerte antes de acostarte y, por supuesto, dejar las preocupaciones en el perchero, que en la cama no te sirven para nada.
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Muy importante en este asunto del sueño: si padecéis insomnio, al médico. En España tenemos unidades del sueño que pueden solventar el problema.