Aprende a subir el volumen del pelo fino, por muy fino que sea.
Que sí, que hay que relativizar. Que hay que planear por encima del bien y del mal. Que tener el pelo fino no es precisamente una casuística que pueda conducir a nadie al diván de un psicoanalista, a una casa de empeños, a los brazos de un ex o, en suma, a un abismo interno de zozobra y desesperación. Ahora: encocora. Para qué negarlo. Que tengamos problemas mayores no ayuda a engrosar la naturaleza de nuestro cabello.
Una quiere tener la masa capilar leonina que piensa que se acompasa a su carácter indómito y asilvestrado, un altísimo volumen acorde a la elevada catadura personal. Amarrarse una coleta gruesa como cuerda de barco. Que el pelo alcance largos insólitos sin quebrarse por el camino. Ya me entiendes, sufrida compañera de penurias, que ni la desinteresada solidaridad que derrochas en las múltiples ONG con las que colaboras consigue aplacar este fuego interno que hace tambalearse un poquitín tu sensato orden de prioridades y te lleva a desear fuerte un cabello más grueso.
Soluciones radicales, como tal, no estoy segura de que haya. Alianzas, sí. Colaboraciones en forma de hábito perseverante con la propia naturaleza para que responda y no se ponga más finolis y tontorrona. Vamos a ver unas cuantas.
- Si es taaaan fino que se te enreda con mirarlo, ¡cepíllalo!
Seguro que has oído este consejo a tus ‘ancestras’. No les faltaba un ápice de razón a esas sabias predecesoras: el cepillado mejora el riego sanguíneo y reparte el sebo que se forma en la raíz a lo largo de toda la melena, lo que no sólo aporta brillo sino que evita que se enrede tan fácilmente.
- Maneja la pelu con precaución.
Hay que asumirlo: los tratamientos de peluquería agresivos (tintes, moldeados…) no se han hecho para nosotras. Es preferible escoger tratamientos naturales y, de vez en cuando, regalarse una sesión de queratina para fortalecer el cabello y mejorar su flexibilidad y textura. Además, se te romperá menos.
- Arte en el corte y confección.
Los pelos finos suelen adolecer de volumen, ya lo sabemos. Para que se te vea una melena más arquitectónica, prueba un corte a capas adecuado a tus facciones; el pelo XXL pesa más y parece más lacio.
- Hazte amiga de la coletilla ‘para pelo fino’.
Vivimos en el siglo XXI. Tratemos de sacar provecho de lo mucho bueno que ofrece. En el mercado hay un sinfín de productos específicos con tecnología fortificante, nutriente y reparadora, adaptada a estos pelitos ralos nuestros. La nutricosmética también te puede ayudar a engrosar tu melena. Nunca terminan de sobrar los minerales y vitaminas, pero tampoco esperes milagros.
- Cuando te seques la melena con secador, hazlo boca abajo para levantar las raíces y que coja cuerpo. No te convertirá en Farrah Fawcett, pero sí notarás más poderío capilar.