La terapia biofotónica, un arma nueva para acabar con la inflamación y eliminar la bacteria que causa el acné.
La última tecnología para el tratamiento de los brotes de acné y las cicatrices producidas por esta bacteria, la Propioniobacterium acnes, es la bioterapia fotónica, una terapia que frena el brote, elimina la inflamación y mejora las cicatrices. Está indicado para los acnés en mujeres adultas y en los casos más severos de acné en adolescentes. ¿Os imagináis poder acabar con esta tortura en 6 semanas con sesiones de 9 minutos?
Si habéis tenido acné, ya sabréis cuándo se sufre… Es una pesadilla que parece no acabar: se va un grano y aparece otro y así contínuamente: cremas, mascarillas, tónicos y hasta antibióticos utilizamos para controlar ese subidón de bacterías.
El acné es una patología dermatológica muy común, tanto en adolescentes como en mujeres adultas. “El 80% de los adolescentes lo sufre o lo sufrirá, al igual que un 30% de las mujeres mayores de 25 años. A pesar de que el acné es muy común, puede afectar de forma muy importante a la calidad de vida de quienes lo sufren”, afirma el doctor Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral.
La última técnica para tratar los brotes de acné y las cicatrices ocasionadas por él es la terapia biofotónica (Kleresca), que “consiste en la aplicación de un gel, que emite una fluorescencia al ser estimulado por una fuente de luz (láser o LED). El gel actúa como transmisor y no daña la piel ni es absorbido por ésta, por lo que se trata de una terapia totalmente física, sin fármacos. La fluorescencia que se emite provoca una reacción que consigue eliminar la inflamación producida durante los brotes de acné y las cicatrices de brotes anteriores”, prosigue el doctor Sánchez Viera.
Esta técnica, absolutamente nueva, se realiza en la superficie de la piel, tiene también el objetivo de estimular la producción de colágeno.
La ventaja dela terapia biofotónica es que actúa en dos frentes: para el acné, elimina la inflamación y mejora las cicatrices; se puede utilizar en cualquier época del año, incluido el verano ya que no es un tratamiento fotosensibilizante -el gel no penetra en la piel del paciente, sólo las diferentes longitudes de onda-; no es doloroso y únicamente se nota una sensación de calor en la piel; como no se emplean fármacos, no requiere controles analíticos ni tiene efectos secundarios y puede combinarse con otros tratamientos cosméticos y así acelerar el proceso.
Antes y después de la terapia biofotónica
El tratamiento bajo esta lámpara utlizando el gel Kleresca es de 2 sesiones semanales durante 6 semanas. En total, con la limpieza de la piel, la terapia fotónica y la posterior limpieza de la piel y la aplicación de una fotoprotección, el tratamiento dura unos 30 minutos. “En algunos casos, indica el doctor Sánchez Viera, se emplea alguna sesión de mantenimiento para evitar la reaparición del acné”.
Precios: 1 sesión, 140 euros; 2 sesiones, 250 euros y el bono de 12 sesiones, 1.380 euros en el Instituto de Dermatología Integral.
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