La exposición a la luz azul puede dañar el ojo humano originando múltiples problemas.
Cada día nuestra vista está expuesta a la luz azul, y se afirma que este tipo de luz que emite las pantallas de los dispositivos electrónicos puede resultar peligrosa porque envejece el cristalino y la piel.
También se ha descubierto que la luz azul reduce directamente la somnolencia, por su efecto de estimulación encefálica y que esta luz podía beneficiar a camioneros, astronautas, pilotos, trabajadores de hospitales… pero que también tenía riesgos.
A no ser que estés entre los profesionales que trabajan de noche y que pueden beneficiarse de la luz azul para evitar la somnolencia, tienes que saber a qué riesgos se refieren los investigadores y poner remedio para evitarlos. También debes conocer que en cuestión de ciencia nunca está todo dicho y lo que hoy es verdad mañana puede no serlo. ¡Es lo que tiene la ciencia, que avanza una barbaridad y que nunca está todo dicho!
El neurocientífico Steven Lockley y un grupo de investigadores estudió a principios de este siglo lo que ocurría cuando se exponía a un grupo de personas a luz azul durante seis y media horas, comparándolo con otros que pasaban el mismo tiempo en un entorno con luz verde. Lo que descubrieron es que la luz azul suprimía la síntesis de melatonina, una hormona cuyas concentraciones varían de acuerdo al ciclo diurno/nocturno. A esta sustancia se le ha dado a llamar la hormona del sueño.
Además de que usar la luz azul por la noche nos impediría conciliar el sueño, sí que os habréis dado cuenta de que cuando estáis mucho tiempo trabajando en el ordenador o jugando con la tablet o el móvil notas irritación ocular, cansancio, pesadez o falta de concentración.
¿Soluciones? Varias: la primera, protegerse de la radiación extrema azul-violeta; dicho en roman paladino: deja el ordenador, la tablet y el móvil por la noche y dedícate a otra cosa. ¿Te acuerdas de lo que es un libro?
También puedes usar un filtro para la pantalla: yo utilizo una aplicación que baja la intensidad de la luz azul convirtiéndola en más amarillenta; al principio te resulta raro pero te acostumbras enseguida.
La cosmética también anda a la búsqueda de soluciones y la cosmética natural más: se acaba de presentar una marca, Apicia, cuya fundadora, Claire Lafon, aboga por aplicar la apiterapia en el día a día tanto en el mundo de la alimentación como en el de la cosmética e invita a consumir polen, propóleo, miel y jalea real de los que dice que “no son alimentos ni cosméticos ni milagrosos” y que “en el aspecto alimenticio se deben considerar como sustitutos nutricionales pero nunca como sustitutivos de la dieta equilibrada”.
¿Y qué tiene que ver esto con los peligros de la luz azul para la vista? Porque Claire Lafon propone consumir dos cucharadas diarias de polen fresco de sauce porque es rico en luteína y zeaxantina, dos compuestos naturales esenciales para el funcionamiento de la vista y la retina. Además, aconseja utilizar gafas con cristales anti luz natural e instalar los filtros en las pantallas que emiten luz natural.
Para regular el insomnio provocado por la luz azul aconseja consumir una cucharadita de miel esencial noche tranquila de Apivita antes de dormir porque “contiene miel de lavanda que ejerce un efecto relajante” y que contiene aceite esencial de mandarina y aceite esencial de litsea limón con efectos antiestrés que ayudan a tener un sueño reparador.
Y, por supuesto, apagar las pantallas 1 hora antes de dormir; algunos expertos, como el doctor Eduard Estivill, experto en sueño, afirma que hay que apagarlas 2 horas antes de acostarnos. En cualquier caso, lo mejor es desconectar de todo y descansar para que nuestro organismo se prepare para caer en brazos de Morfeo.