Los festivales se han convertido en las pasarelas de Street Style más interesantes del planeta.
¿Te acuerdas del programa ‘No sólo música’? Algo así me viene a la cabeza cuando observo patidifusa los lookazos que se compone el personal para trotar alegremente por los festivales. Los ‘trapos’, el maquillaje, los complementos… Hay mucho tiempo y talento en la elección y combinación de cada detalle, y los peinados no sólo no van a la zaga sino que son capaces de acaparar, por sí solos, todo el protagonismo.
Hoy tomamos el pulso a esa mocedad muda que deja que su pelo ‘diga mucho de quiénes son’. Efectivamente, a veces un moño es más elocuente que ninguna otra arquitectura.
Bastan unas coloridas mechas, desperdigadas azarosamente por aquí y por allá, para convertir el pelo más anodino en una pequeña fantasía tornasolada. Lo suyo es dejar las raíces vistas, como el ladrillo de los bares hípster donde abrevamos el green smothie, y empezar a teñir en degradé como quien ha estado haciendo experimentos en casa mientras veía Paquita Salas. Más relajado, imposible.
Entrando en manufacturas más serias, encontramos las siempre favorecedoras trenzas de boxeadora. Probablemente, la manera más cómoda de hacer pogos en el centro de la pista con la posibilidad de ajusticiar de un latigazo a alguien con un enérgico giro de cabeza.
Si hay algo que JAMÁS sobra en un look de vocación festivalera es el glitter. Jamás, jamás, jamás, y más todavía si el festi de marras es en Reino Unido, o si es en Alquerías del Niño Perdido pero atrae a mucha población foránea. Verás purpurina en los párpados, en las mejillas, en las pestañas, en el escote, en las nalgas… y, cómo no, en la mismísima raíz y génesis del peinado.
¿Tienes melenote y te apetece lucirlo? Apúntate esta idea de trenza romántica que permite mostrar todo el poderío de tu materia prima. Se recogen los mechones frontales en una trenza que enmarca la coronilla, et voilà! Queda femenino, bohemio y con un encanto virginal de estudiante de 1º de piano que ya hubieran querido para sí las vírgenes suicidas de Sofía Coppola.