Las nuevas fórmulas detox ayudan a recuperar la luminosidad del rostro más apagado.
El estrés que sufrimos en nuestra vida cotidiana nos afecta de muchas maneras. Y si no, que se lo digan a nuestra piel; de tanto vivir corriendo, acabamos con cara de acelga pocha. Este fenómeno de piel estresada, que empieza a hacerse evidente a partir de cierta edad, se manifiesta en forma de pérdida de luminosidad, imperfecciones y aspecto apagado. Toca incluir un régimen de cuidados detox en nuestro neceser de verano para recuperar una piel radiante y lucir palmito en la playa.
Nuestro tren de vida actual nos exige unos niveles de actividad nunca vistos antes: cuidado de los hijos, responsabilidades laborales, obligaciones sociales… La piel nota la presión y sufre. Sobreexpuesta a agentes externos como la contaminación y los rayos solares, sometida a una alimentación desequilibrada y rica en azúcar, agotada por la falta de sueño y envejecida por un estrés crónico, la piel se ve afectada por un fenómeno de estrés oxidativo que transforma las proteínas en toxinas. Estas toxinas actúan como una boina de contaminación, ralentizando el funcionamiento de las células y asfixiándolas poco a poco. ¿El resultado? Una falta de luminosidad crónica que nos hace tener mala cara aunque durmamos 9 horas.
Bellezas Puras, por desgracia los efectos del estrés sobre el cuerpo están bien documentados en medicina, ya que desencadenan un proceso conocido como envejecimiento toxínico. Y aunque unas vacaciones pueden hacer mucho bien al organismo, con el paso del tiempo la piel empieza a perder su capacidad de recuperación. La triste realidad es que en la edad dorada de las mujeres el estrés oxidativo impide que nuestra energía interior se refleje en nuestro rostro. Toca vigilar la alimentación e invertir en un buen plan detox facial que reequilibre las funciones de la piel y evite la acumulación de nuevas toxinas.
Inspirados por la investigación medica en el campo del envejecimiento toxínico, los laboratorios Lierac han identificado la proteína NRF2, que elimina las toxinas existentes en la piel a la vez que reactiva los mecanismos celulares encargados de regenerarla. Biomimetizada en la gama de cuidados antiedad detox Supra Radiance, ayuda a luchar contra los daños ligados al entorno y difumina las arrugas mientras devuelve a la piel la luminosidad perdida.
Gel-crema renovador anti-ox Supra Radiance de Lierac. Para pieles normales a mixtas, utiliza el extracto del Árbol de las Pagodas, activo estrella de la farmacopea china, para estimular la producción de antioxidantes y la síntesis de colágeno en el mismo corazón de la piel. Precio: 55 euros / 50 ml.
Crema renovadora anti-ox Supra Radiance de Lierac. Utilizando los mismos principios activos que la fórmula en gel, incluye aceite de marula para restaurar la barrera de hidratación de la piel con una dosis extra de ácidos Omega-3. Precio: 55 euros / 50 ml.
Crema renovadora detox Supra Radiance Nuit de Lierac. Inspirada en las mascarillas coreanas, esta fórmula envolvente y fresca incluye extracto de Árbol de Seda para activar el sistema de detoxificación interna de la piel. Con un ligero efecto peeling, elimina suavemente las células muertas para despertar con una piel luminosa, lisa y sin imperfecciones. Precio: 57 euros/ 50 ml.
Serum iluminador de ojos Supra Radiance de Lierac. Formulado para descongestionar la delicada zona del contorno de ojos, incluye extracto de ruscus para potenciar la micro circulación de la sangre y borrar bolsas y ojeras. Precio: 39,90 euros / 15 ml.
Mascarilla iluminadora doble peeling de Lierac. Para un efecto detox exprés, incluye microcristales exfoliantes mecánicos y seis AHA complementarios para estimular la renovación celular para conseguir una piel lisa y luminosa en un solo gesto. Se usa una vez a la semana. Precio: 39,90 euros / 75 ml.
Conocedoras de nuestra personalidad y nuestra belleza innata, habiéndonos hecho un hueco en el mundo laboral y con una vitalidad y energía intactas, cumplir años es un motivo de celebracion para las mujeres luchadoras del siglo XXI. Disfrutad el proceso, que nos lo hemos ganado.