Pestañas de ‘cultivo natural’ que recuerden, al pestañear, el batir de las alas de los cisnes.

¿Quién no ha deseado alguna vez un capital genético pestañil portentoso? Pedir muy fuerte al cielo que se nos concedan unas pestañas fuertes, espesas y poderosas es una frivolidad perfectamente tolerable. Incluso se puede canalizar este anhelo a través de un sérum específico para las pestañas capaz de obrar el ‘milagro’. Eso sí: no a cualquier precio. Y no me refiero precisamente al desembolso económico sino a los ingredientes que componen la fórmula. Concretamente las prostaglandinas, sustancia muy funcional para nuestro objetivo, pero que no termina de convencer a todas las usuarias. Ni a todos los organismos encargados de regular el uso de los medicamentos: la FDA las tiene prohibidas en Norteamérica.

Las prostaglandinas son unas sustancias con funciones similares a las de una hormona que están presentes en muchos tejidos y fluidos del cuerpo (útero, pulmones, semen, riñones, cerebro) … Regulan el sistema inmunológico, participan en la renovación celular, mejoran la transmisión nerviosa, regulan los efectos de los estrógenos y la progesterona…

En el caso que nos ocupa, deben su éxito a uno de esos felices descubrimientos casuales que suceden de vez en cuando. Se usaban en la medicina ocular para tratar el glaucoma y, en aquellas terapias, los pacientes observaron un crecimiento trepidante en sus pestañas.

Fue cosa de tiempo que un laboratorio americano las comercializara en un primitivo suero crece-pestañas que sólo se podía comprar con receta, a pesar de que entre sus efectos secundarios se encontraran mutaciones en el tono de la piel y el iris, irritaciones del globo ocular y crecimiento indeseado de cualquier clase de vello que entrara en contacto con la fórmula.

Convenientemente aligeradas de polémica e igual de útiles como ‘abono’ para las pestañas, diversos laboratorios han manipulado las prostaglandinas para que sean seguras. Sin embargo, siempre hay quien prefiere evitar sustancias ‘delicadas’ en favor de ingredientes de origen no animal. Para estas consumidoras veganas o simpatizantes son estos sueros.

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Ultra Lash Building Serum de Júlia.

Fórmula que estimula el crecimiento de las pestañas gracias a principios activos innovadores: péptidos, vitaminas del grupo B, ácido hialurónico, pantenol y biotina. Da resultados halagüeños en 15 días (clínicamente probados) sobre el volumen, la longitud y el grosor de las pestañas.

Se aplica cada noche sobre el párpado limpio y seco, justo en las raíces de las pestañas superiores.

Precio: 40 euros / 5 ml. Lo encuentras en Perfumerías Júlia.

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Sérum regenerador de pestañas de Redenhair.

Incluye una variedad de péptidos que fomenta el crecimiento de las pestañas, engrosándolas, evitando su caída y aumentando el flujo sanguíneo a los folículos.

Se aplica sobre la línea de las raíces del párpado superior y se empieza a notar a los 15 días de uso. El resultado, advierte la firma, es más notable a los 60 y 90 días.

Precio: 75 euros / 4 ml. Disponible en la web de Redenhair y en la parafarmacia de El Corte Inglés.

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Lipocils Platinum de Talika.

Se presenta en dos modelos, uno para la mañana y otro para la noche. El de la mañana activa y protege el crecimiento y el de noche regenera y aporta un crecimiento adicional.

En sus fórmulas se encuentran ingredientes exquisitos como el complejo botánico made in Talika a base de 5 plantas, el Coleus Forskohli (que estimula la melanina natural para que las pestañas se vean más oscuras), el extracto de proteínas de seda (protector de la materia prima), la adenosina (estimula las células del bulbo de la pestaña para nutrirla) y un péptido que ejerce efecto antiedad en las células de las pestañas.

Te puedes maquillar tras usar el serum de día. En cuanto al de noche, se recomienda un uso de dos meses.

Precio: 99 euros / unidad. A la venta en farmacias y parafarmacias y en la web de Talika.