Clara Lago, una actriz simpática, divertida y solidaria.
La actriz Clara Lago es la embajadora de productos de belleza de Braun. Para hacerlo oficial, la marca alemana ha hecho una presentación a la prensa en la que la protagonista de Ocho apellidos vascos, de 27 años, ha respondido a todos los medios y ha hecho hincapié en que ella sólo se presta a ser embajadora si cree en la marca. Y que usa la depiladora de Braun desde hace siete u ocho años.
Después de la presentación a la prensa gráfica, es la hora de que los periodistas hagamos las preguntas. La Clara Lago que me encuentro en la salita es una joven muy estilizada, vestida con falda corta y camisa vaqueras y zapatos de tacón animal print en color fucsia. Muy bien maquillada y con el pelo no tan largo como es habitual en ella, es una mujer muy agradable a la que no le cuesta nada hablar, contestar a las preguntas y reírse a carcajadas. No hay que sacarla las palabras con sacacorchos y eso facilita el trabajo. Se la ve dispuesta y con tablas.
Belleza Pura: Hace un par de meses estabas horrorizada por cortarte el pelo. ¿Qué pasó?
Clara Lago: (Se ríe). “Todo bien, además Iván, el peluquero, es que tiene una mano… Es el que me ha peinado y maquillado para hoy. Al final esto ha sido por exigencias del guión, por una película que he terminado el pasado 24 de noviembre y que se llama Gente que viene y bah, que se estrenará en junio, y estaba horrorizada porque sí que es verdad que siempre me ha gustado llevar la melena larga y había conseguido tenerla súper larga pero, por otro lado un cambio de look es bueno. Había un puntito que quizá yo no me hubiera atrevido a cortar si no hubiera sido porque me obligan, pero estoy contenta porque ha sido el empujón para este cambio. Ahora que ha acabado la peli hasta me lo corto un poquito más…”
B. P.: Estás de suerte: el guion obliga a cortarte el pelo, en los 70 obligaba a desnudarse…
C. L.: “Pues sí, he salido ganando…”
B. P.: Tu madre es cuentacuentos. ¿Qué bonito, no? ¡Te contaría todos los cuentos del mundo!
C. L.: “Sí, y nosotros contábamos cuentos con ella. Cuando organizaba cuentacuentos en el pueblo donde veraneábamos también contábamos cuentos nosotros.”
B. P.: Empezaste en este mundo siendo muy pequeña.
C. L.: “Sí, porque se me ocurrió. Me metieron ahí como la semilla con esto de ¿a ti no te gustaría ser actriz? y cuantas más vueltas le daba, más me apetecía porque yo era muy teatrera y súper cinéfila y me dedicaba a imitar a todas las actrices de las pelis. Me decidí y le dije a mi madre que me llevara a un casting y en el primero que hice me dieron mi primer trabajo en un episodio de Manos a la obra y fue como un flechazo, un como “aquí me quiero quedar” y ya cuando hice mi El viaje de Carol, mi primera peli protagonista, con la primera sensación de lo que es un rodaje, verte fuera, estar dos meses con todo el equipo, esa familia que se crea y luego, adiós y ya no te vuelves a encontrar hasta la próxima. Esto sería enamoramiento absoluto ya con la profesión y hasta hoy.”
B. P.: ¿Cómo te propusieron ser embajadora de Braun?
C. L.: “Me vino fenomenal. Me lo dijo mi representante. ¿Te molaría? ¿Que si me molaría? Tengo una Silk-épil de Braun desde hace unos 8 años y la sigo teniendo, me sigue durando y no he tenido ni que cambiarla. Y eso que me dicen que pruebe la nueva, que si la metes debajo del agua, pero es que me digo: si es que la mía me dura todavía. Si te proponen ser embajadora de algo cuando además te gusta el producto y crees en él es mucho más fácil hasta hacer las entrevistas. Cuando te lo crees tú y dices siempre me depilo con ella porque la tengo en mi casa desde hace mil años, es mucho más fácil.”
B. P.: ¿Eres coqueta a la vieja usanza o coqueta práctica?
C. L.: “Coqueta práctica, sin duda. Es un matiz, pero un matiz importante. No soy de tirarme horas delante del espejo. El pelo es que ni me lo seco a veces… Maquillaje me hago las cuatro cosas que sé que me funcionan pero más de 15 o 20 minutos no tardo en maquillarme y eso si me tengo que hacer un ojo importante que si no, ni eso. Son todos truquitos de belleza pero prácticos.”
B. P.: ¿Qué es lo que no falta en tu bolso?
C. L.: “El móvil, la cartera, y de belleza, cacao para los labios. Hubo una época que llevaba unas pinzas en el bolso: era una loca de la depilación. Ahora, como mucho puedo llevar una BB cream, de Khiels, porque me gusta la protección solar y para no ir con la cara blanca tienen una con color, que me da cara de salud. Es que también soy embajadora de Khiels, me dan productos y ya los he probado todos y soy muy fan.”
B. P.: O sea que en tu carné de identidad, en la casilla de profesión pone: actriz y embajadora de…
C. L.: “Sí, de Braun, de Maybelline y Kiehl´s, sí.. ” (se ríe).
B. P.: ¿Cuáles son tus rituales de belleza?
C. L.: “Sigo una rutina facial básica que es: jabón de caléndula de Khiels, tónico, hidratación de cara, de contorno de ojos y de labios y por el día protección solar; además y para el cuerpo, hidratación a muerte y la Silk-épil de Braun, que uso cada dos semanas, más o menos. ¡Ah! Y no me acuesto sin desmaquillarme.”
B. P.: ¿Tus próximos proyectos?
C. L.: “De trabajo no lo sé, pero un proyecto muy bonito que a partir de ahora estará permanentemente en mi vida es la Fundación que hemos creado Dani (Dani Rovira) y yo, y que se llama Fundación Ochotumbao. Es una fundación recaudadora para dar fondos y visibilidad a otras organizaciones y Ong que trabajen con personas, animales o colectivos desfavorecidos o con el medioambiente.”
B. P.: ¿Amor hasta en eso?
C. L.: “Sí, es un proyecto muy bonito.”
B. P.: Clara, volvamos a los pelos de la película Ocho apellidos vascos, que no quiero que se me olvide. ¿El flequillo que llevabas hecho a bocados era tuyo? ¿te cortaron así el pelo?
C. L.: “No, era un flequillo falso que me hicieron, pero yo lo he llevado así, a hachazos, que me lo cortaba yo con las tijeras de las uñas con 15 años…”