Esta técnica no tiene nada que ver con el tatuaje.
He probado una micropigmentación de cejas en el centro de Elena Aguilar. Como ya explicamos hace unos cuantos post, hay que diferenciar entre el microblading y la micropigmentación y que cualquiera de las dos valía para unas cejas siempre y cuando lo realizara una mano experta. Y eso es lo que he hecho: ponerme en las mejores manos, las de Elena Aguilar, que lleva 25 años trabajando la micropigmentación no sólo para cejas, ojos y labios, sino también para tratar a los pacientes derivados de distintos servicios de oncología que han perdido el pelo de sus cejas.
Mis cejas, ya lo he contado alguna vez, no eran como para tirar cohetes y tenía que maquillarlas cada día debido a una pequeña calva que tenía en una de ellas. Desde hace años no he salido nunca a la calle sin corregir esa ceja. No es que me acomplejara la ceja en cuestión, simplemente no quedaba bonita.
Durante mucho tiempo pensé en hacerme esta micropigmentación en ellas pero, la verdad, es que no me atrevía, me daba miedo. Cuando conocí a Elena Aguilar y me habló sobre la diferencia entre el microblading y la micropigmentación se disiparon las dudas; Elena da seguridad y se nota que maneja a la perfección las agujas.
De la micropigmentación se dice que es un maquillaje permanente y no es cierto; es semipermanente y dura entre un año y medio y dos años. Al igual que se micropigmentan las cejas, también se suele trabajar la línea del ojo o los labios.
Lo primero que me explicó Elena Aguilar es que el día que fuera a su gabinete de estética no fuera con prisas porque el tratamiento dura aproximadamente hora y media, y esa fue exactamente la duración.
Antes de comenzar la sesión, me depiló cada ceja eliminando los pelitos que sobraban mientras, a la vez, y con un lápiz iba delineando la ceja tal y como la había diseñado. Es importante ponerse de acuerdo en cuanto a cómo se quiere la ceja para no llevarse luego ningún disgusto.
Tumbada en una camilla, esta experta en micropigmentación iba introduciendo el pigmento vegetal en la cejas como si fuera dibujando un pelo, otro más, y otro más. Es así como trabaja Elena Aguilar: pelo a pelo. Así hasta que veía el efecto de los pigmentos en mis cejas. Insisto en que no tiene nada que ver con un tatuaje; las agujas para éste profundizan mucho más en la piel que las de la micropigmentación, que sólo llegan entre 0,2 y 0,5 milímetros. Además, y según los últimos estudios de un grupo de investigadores alemanes y franceses y que han publicado en la revista científica Scientific Reports, los pigmentos que se emplean para los tatuajes se pueden acumular en los ganglios linfáticos y pueden afectar al sistema inmune. Por el contrario, los que se emplea para rellenar las cejas son totalmente inocuos.
Es importante saber que los pigmentos son vegetales y no minerales, como los que se emplean en los tatuajes o en la raya del ojo. Los vegetales duran menos; por eso, hay que retocar cada año y medio o dos años las cejas mientras que la raya del ojo es permanente.
La sensación que se experimenta cuando te están retocando las cejas con unas agujas no es excesivamente mala; notas pequeños pinchazos que se van en cuanto retiran las agujas de la ceja. No es muy desagradable; tan sólo un poco molesto.
Poco a poco mis cejas iban tomando una forma bonita. Volvíamos al sillón, donde Elena retocaba con el lápiz la ceja para remarcar por dónde tenía que ir la aguja. A la hora y media, mis cejas ya estaban terminadas y yo pude ver las definitivas o casi definitivas. Casi definitivas porque durante un mes, las cejas pueden varias un poco la tonalidad y en 30 días tengo que visitar otra vez a Elena Aguilar para que las revise y retoque si lo ve necesario. Lo único que tengo que hacer durante la primera semana después de la micropigmentación es aplicarme en ellas pegotitos de crema Nivea, la de la caja azul, cuando esté en casa. Mientra escribo esto parece que ha nevado sobre ellas.
Pocas veces he visto un arreglo cosmético tan natural. Las cejas me han quedado perfectas y mis ojos han ganado en expresividad. Y no lo digo yo sino que me lo han confirmado mis compañeras del blog, la jefa- Beatriz Peña– e incluso mi marido, que no se fija mucho en estas cosas.
He vuelto al gabinete de Elena Aguilar un mes después para un retoque final. Aunque yo veía mis cejas de maravilla, Elena las ha repasado: ha rellenado alguna mini calva y ha pigmentado otra vez algunas zonas con un tono más claro para dar relieve a las cejas. Media hora después, mis cejas estaban muchísimo mejor, ¡dónde va a parar! y este retoque las ha dejado espectaculares.
Precio: de 200 a 300 euros
C/ General Yagüe, 8. 1º D
28020 Madrid
Teléfono: 91 770 26 32/689 816 104