Volvamos a recordar su mejor frase justo cuando el nuevo Museo Yves Saint Laurent abre sus puertas en la mítica 5, rue Marceau de París donde sigue intacto su estudio.

‘El mejor vestido que puede llevar una mujer son los brazos de su amado” dijo el genio YSL. Nada más entrar, el gran salón para desfiles por donde caminaron sus históricas saharianas, el smoking femenino que él inventó, los trench coats y todos los colores terrosos de su tierra natal, Marruecos.

Yves Saint Laurent y Pierre Bergé

Sus viajes y el arte fueron siempre el frasco de aromas e inspiración de unos colores que jamás se habían visto en la pasarela. El añil rabioso, el naranja más chillón, el amarillo de los limones de Sorrento, los terracottas, las primeras modelos de color, aunque fue Paco Rabanne el que primero las llevó a la pasarela. Colecciones  que pasaron a la Historia dedicadas a España, la estepa rusa, Mondrian o Picasso, pintores que salpicaban la casa que durante 30 años compartió con su pareja y mecenas, Pierre Bergé, fallecidó hace unas semanas.

Fondation Pierre Berge Yves Saint Laurent. © Luc Castel

El museo ocupa un palacete, eso que los franceses llaman hotel particulier, de más de 450 metros que pertenece a la fundación Pierre Bergé-Yves Saint Laurent y que no tiene precedente, por tamaño, variedad y lujo, en el mundo de la alta costura. Más de 5000 vestidos, 15.000 accesorios, dibujos, bocetos, fotografías y una inversión de 5 millones de euros en lo que antes era sólo la fundación.Lleno de piezas donadas ‘inéditas’ y de decenas de grandes creaciones, dejó pasmado al público y la crítica el día de su inauguración.

Museo Yves Saint Laurent Pierre Bergé

En una pequeña sala de proyeccion en pueden verse videos como ‘Un águila de dos cabezas’, el primero de la colección de seis que muestran todo su proyecto creativo y explican cómo Bergé era el cerebro pensante, el marchante, el protector, ángel de la guarda, el financiero; e Yves el creador. Un artista hipersensible y depresivo desde su infancia en Orán, de una timidez que rayaba la agorafobia y que nunca soportó el peso de la púrpura. Desde que dejó la costura en en 2002  -ya muy enfermo y deteriorado por el consumo de drogas- con aquel discurso que ponía los pelos de punta, apenas podía ni abrocharse los cordones de los zapatos.

Yves Saint Laurent

Bocetos de vestuario para teatro, para películas de Truffaut, Buñuel o de Catherine Deneuve, su musa. Pruebas de tejidos, fotos impresionantes en su Marrakech del alma donde construyeron la casa de sus sueños pegadita a los jardines de Marjorelle, pruebas de último minuto antes de los desfiles, su primera colección cuando trabajaba aún para Christian Dior a los 18 años. Y en el último piso, su estudio, el santuario de la creación durante 30 años que la prensa visitamos en un viaje hace años al mundo YSL. Allí sigue intacto el espejo donde donde siempre le gustaba ver reflejarse a las maniquíes, su espectacular biblioteca, decenas de objetos-fetiche. Como una sesión de buceo en el mundo barroco y lleno de aristas de Yves.

El próximo 19 de octubre se inaugura el Museo de Yves Saint Laurent de Marrakech, otra joya mucho más cálida que el museo parisino. Pero ese, y el nuevo perfume del genio, se merecen otro post la semana que viene.



Musée Yves Saint Laurent
5, avenue Marceau. Paris