Volvemos al asunto de los polvos de talco, que si producen cáncer o no. Es un tema recurrente desde hace unos años. Este verano, un tribunal estadounidense ha condenado a la compañía Johnson & Johnson a pagar 353 millones de euros a una mujer que sufrió un cáncer de ovarios y que había utilizado durante años polvos de talco de esta marca. (Por cierto, la multinacional acaba de recurrir la sentencia esta misma semana). No es la primera sentencia en contra del gigante de productos cosméticos, farmacéuticos y cuidado personal. Antes de ésta ha habido otras dos; en la anterior, en 2016, también fue condenada la firma a pagar 66 millones de euros a la familia de otra mujer que había fallecido como consecuencia de un cáncer de ovarios y que había usado durante 35 años productos de higiene íntima y polvos de talco de la marca. Hace unos años ya estuvo en el punto de mira cuando la FDA (Food and Drug Administration) suspendió la fabricación del polvo de talco a la empresa estadounidense cuando detectó que estos contenían óxido de etileno, un producto químico que podría causar cáncer.

 

polvos de talco

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¿Está todo tan claro? Ni muchísimo menos. Nada es sencillo y menos aún la medicina, el cáncer y los detonantes de esta enfermedad. A raíz de estos casos han llegado a los juzgados estadounidenses varios miles de casos. Sin embargo, las evidencias científicas no son tan claras aunque talco sí o talco no esté ya en boca de todos.

Hace años era muy habitual rociar con talco el culito del bebé e incluso las mujeres lo usaban en su higiene íntima, pero ahora es un producto que se emplea muchísimo menos y a ningún bebé se le reboza en polvos de talco como seguramente mi madre hacía conmigo.

polvos de talco

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Los polvos de talco están hechos con talco, que es un mineral compuesto de magnesio, silicio y oxígeno. Como es un polvo, absorbe de maravilla la humedad y ayuda a reducir la fricción por lo que siempre ha sido ideal para prevenir las erupciones cutáneas. En su forma natural, es decir, como mineral, el talco contiene amianto, una sustancia conocida que puede causar cáncer en los pulmones y alrededor de ellos cuando se inhala. Por eso, a los polvos de talco se le ha eliminado este componente.

Así, cuando hablamos de talco ahí, parece que podemos estar tranquilas puesto que el talco que podríamos utilizar está libre de amianto. Sin embargo, la evidencia sobre el talco libre de amianto, que aún se utiliza, es menos clara.

Lo que dice la Sociedad Americana contra el Cáncer es que la preocupación sobre el vínculo entre polvos de talco y cáncer se han centrado en:

  • “Si las personas que tienen una exposición a largo plazo a las fibras naturales del talco en el trabajo, como los mineros del talco, corren mayor riesgo de sufrir cáncer de pulmón al respirar”.
  • “Si las mujeres que se aplican talco de manera regular en el área genital tienen un mayor riesgo de cáncer de ovario”.

¿Qué están haciendo los científicos? Estudiar si el talco produce cáncer o no. El método que se sigue habitualmente es hacer dos grupos: animales y personas. Con los primeros, se les expone a una sustancias (en este caso sería al talco) para ver si produce algún tumor. El problema es que nunca se sabe con exactitud si los resultados de estos estudios se aplicarían de la misma manera en personas. No obstante, los trabajos de laboratorio son una buena manera de averiguar si una sustancia podría causar cáncer o no.

Otro tipo de estudio analiza las tasas de cáncer en diversos grupos de personas que se han expuesto durante años a una sustancia frente a otro grupo no expuesto a ella y compararla con la tasa de cáncer de la población. En este caso, también resulta difícil saber qué significan los resultados de estos estudios porque existen otros factores que podrían afectar a los resultados.

polvos de talco

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En cuanto a si el polvo de talco podría causar cáncer de ovarios, se ha sugerido (sólo sugerido, así que no nos asustemos) que podría ocurrir si las partículas de polvo, aplicadas en la zona genital o sobre compresas sanitarias, diafragmas o preservativos, viajaran a través de la vagina, el útero y las trompas de Falopio hasta los ovarios.

En algunos casos se ha encontrado un pequeño aumento del riesgo pero este tipo de estudios suele ser sesgado porque a menudo depende de la memoria del organismo de una persona ante el uso del talco muchos años antes. El doctor Ranit Mishoris, profesor de medicina familiar de la Universidad de Georgetown afirmó que “no creo que haya pruebas a través de estudios rigurosos de alta calidad de que exista una relación causal o incluso una asociación entre el talco y el cáncer de ovarios”. Aún así, la investigación continúa.

Otros estudios también han sugerido la relación entre la inhalación de los polvos de talco con otros tipos de cáncer, como el de estómago o el de pulmón, pero tampoco son concluyentes. Si los mineros podrían enfermar al extraer el mineral de talco por su contenido en amianto tampoco es valorable puesto que los mineros también están expuestos a otras sustancias, como el radón, que aumenta el riesgo de cáncer de pulmón.

Conclusión: La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) clasifica el talco que contiene amianto como “cancerígeno para los seres humanos”, y basándose en el falta de datos y estudios en personas, el talco que no contiene amianto, como “no clasificable en cuanto a carcinogenicidad en humanos”.

Y, francamente, queridas, ¿cuántas de vosotras utilizáis talco? El doctor Mishori resume con esta frase: “Si usted está preocupada, simplemente no lo use”.