Antes de llegar a Aquaflor ya huele bien, a un perfume suave. Cuando llegas a esta tienda de perfumes con encanto, los buenos aromas te envuelven.
Y cuando entras, también te quedas boquiabierta de lo bonita que es. Te reciben con una “bienvenida a Aquaflor”. Y ahí empieza un viaje por los aromas, un viaje que dura lo que tú quieras porque en Aquaflor no te meten prisa: te ayudan si lo precisas pero también te dejan a tu aire si lo que deseas es ir probando perfumes hasta dar con el que más te gusta.
La historia de Aquaflor es un amor a primera vista o mejor podríamos decir al primer olor porque una de sus dueñas en Madrid, Carmen Mayoral, se enamoró de sus perfumes en un viaje que hizo en familia a Florencia. Allí, en el hotel donde se hospedó percibió de inmediato un olor maravilloso que lo invadía todo. Tanto la gustó que quiso que la directora del hotel la dijese de dónde provenían esos perfumes que tanto la gustaban. Y la directora la mandó a Aquaflor Firenze, una exclusiva perfumería, fundada en 2009 por el visionario perfumista Sileno Cheloni, que representa el arte y la tradición de la perfumería artística florentina.
En cuanto Carmen Mayoral llegó a la tienda se enamoró de ella. Es un palacio en donde cada una de las estancias está dedicada a un producto: en una el perfume, otra es la sala de los jabones, otra, la sala de los perfumes para el hogar… Y tuvo la gran fortuna de que mientras se empapaba de todos los aromas, coincidió con la directora comercial, Dalida Bretón, a quien la preguntaron si podían tener algunos de los perfumes para los negocios de restauración que tiene su familia. Una vez en Madrid, Carmen y su marido, Javier, empezaron a dar vueltas a la idea de traerse a España estos perfumes que tanto les habían gustado. Poco a poco esa primera idea fue tomando forma y al poco tiempo ya estaban buscando un local para que los madrileños disfrutáramos de Aquaflor.
Y lo encontraron en el barrio de Justicia, en la calle Argensola, en un local protegido en el que asentaba una de las mejores pastelerías de la ciudad. El local, por su nivel de protección, el máximo, no podía reformarse nada y no tenía nada que ver con la tienda de Aquaflor en Florencia. Y eso, en principio, los italianos lo miraban mucho, pero cuando estos vinieron a Madrid y lo vieron (“oh, bellisimo”, exclamaron) se encapricharon del local, un espacio de mitad del siglo XIX, decorado con escayolas, grandes espejos que ocupan toda la tienda, columnas, mostradores de madera labrada… Una preciosidad de local, que merece la pena visitarse.
Las materias primas con los que se elaboran los perfumes proceden de todos los rincones del mundo y se fabrican en el prestigioso palacio renacentista Corsini Antinori de la mano de Sileno Cheloni que, como un alquimista, trabaja una a una todas las esencias. Cada una de ellas tiene su propio nombre y tras ellas se esconde una historia que el perfumista ha creado por alguna razón. Todo es artesanal y los frascos se rellenan de uno en uno. Este hombre trabaja con más de 1.500 esencias que, combinadas, hacen posible más de 60 fragancias. A Madrid, de momento han llegado 30 entre perfumes, aguas hidratantes, cremas, jabones líquidos y perfumes para la casa. Y, cada una de ellas tiene su propio espacio en Aquaflor Madrid. Hay aromas para todos los gustos y tanto las dependientas como Carmen y su socia, Montse Martínez te van mostrando unos y otros oliendo las esencias hasta encontrar la fragancia que más se acomoda a tus gustos.
En la zona de los jabones, hechos en Florencia de manera artesanal y estampados con el logo de la casa, puedes elegir entre una docena de variedades en tres tamaños.
Los aromas para el hogar ocupan otro espacio en la tienda, fragancias muy apreciadas para hoteles (ya hay alguno en Madrid que perfuma sus estancias con ellos) y oficinas, además de para nuestras casas. Si en Florencia cuentan con 25 perfumes, en Madrid, de momento, hay 10. Los precios de los perfumes cuestan 140 euros /100 ml.
Otra de las zonas, muy curiosa por cierto, es la de bisutería y novios. La de bisutería tiene la particularidad de que es olfativa. ¿Cómo? Las bolitas de los collares se abren y allí depositas la fragancia que te guste y te aseguras de que siempre olerás como lo mismísimos ángeles. Y para los novios o para eventos, venden pequeñas botellas de perfume con las iniciales, que también se traen directamente desde Florencia.
Aunque tan sólo lleva abierta desde mitad de mayo, ya tienen una clientela fija: el boca a boca funciona. Y si sigue funcionando como ellas esperan, están ya pensando en abrir alguna otro punto de venta en Madrid.
El distribuidor de esta marca florentina en España y Portugal está deseando encontrar empresarios de otros puntos de la geografía que se interesen por Aquaflor. Y en septiembre u octubre van a preparar su primer workshop para clientes.
C/ Argensola, 24
28004 – Madrid
Tel: 917 003 543