Tres millones y medio de pies de peregrinos han llegado desde principios de la década a Santiago de Compostela y han recibido su “compostela”, el diploma que certifica que han cubierto los 100 últimos kilómetros del Camino de Santiago. Tres millones y medio de pies que, seguro, han sufrido ampollas, heridas o lesiones musculares. Los pies son la clave del éxito del Camino en esta aventura por la ruta Jacobea que puede verse truncada por incómodas molestias en los pies, tantas que incluso pueden obligar al peregrino a abandonar por completo.
Photo credit: Vince_Vega via Foter.com / CC BY
El dolor de pies y las temibles ampollas son un quebradero de cabeza para estos valientes que deciden caminar para llegar a postrarse a los pies del Santo. Santiago de Compostela, junto con Roma y Jerusalén, es el tercer destino de peregrinación cristiana en el mundo. Cuando más peregrinos llegan a la capital Jacobea es cuando se celebra el Año Santo Compostelano, y es aquel cuando el 25 de julio (día del Apóstol Santiago) cae en domingo y sucede 14 veces durante un siglo. El último fue en 2010 y el siguiente será en 2021.
De todas las partes del mundo y por varios caminos llegan los peregrinos a Santiago y, por el camino dejan, además de reflexión personal, amistad, compañerismo y oración, miles de pasos que van dejando huella en sus pies, las más preciadas herramientas del peregrino.
Photo credit: begemot_dn via Foter.com / CC BY-NC
Heridas y rozaduras no sólo las hacen el Camino de Santiago. Hay que tener cuidado con ellas, que son la posible entrada de minúsculos microorganismos que pueden producir enfermedades. Mejor prevenir.
Para evitar la aparición de heridas se recomienda utilizar un calzado cómodo (nunca estrenar zapatos para hacer el camino), untar el pie en vaselina, llevar calcetines finos y bien colocados para evitar arrugas que con el roce constante puede provocar una herida. Otro de los trucos es dejar las duchas para el final de la etapa para evitar que la piel quede reblandecida con el agua de primera hora de la mañana, con lo que está más propensa a sufrir.
¿Y si hay una herida? Primero, curarla y cubrirla para ponerse otra vez en camino porque el roce podría provocar una infección mayor en el piel. Lo importante no es poner un parche en la herida, sino curarla y elegir un apósito que favorezca su curación.
Apósitos hay muchos: Salvelox, Tiritas, Compeed, Hansaplast…
Salvelox nos recomienda diferentes productos para distintos problemas: Sensitive Aloe Vera, que protegen contra el agua y la suciedad y son flexibles y transpirables; Cura Rapid Aqua Block, que aceleran el proceso de curación para que en tan sólo 24 horas las heridas desaparezcan. Foot Care hace que las rozaduras o molestias desaparezcan al instante gracias a su material hidrocoloide. También puede utilizarse como prevención de rozaduras ya que mitigan el dolor cuando empezamos a notar molestias en el pie.
Precios:
Sensitive Aloe Vera: 3,10 euros, pack de 20 apósitos surtidos
Cura Rapid Aqua Block: 3,50 euros, pack de 12 unidades
Foot Care: 6,90 euros, pack de 10 apósitos en 2 tamaños
Tiritas® nos propone dos productos para estos males: uno para ampollas pequeñas (para dedos, por ejemplo) y otro para ampollas grandes. Tiritas® Effect son apósitos hidrocolides cuyo efecto acolchado reduce la presión en las ampollas, favorecen la cicatrización de la herida y son adaptables y transparentes, creando un efecto segunda piel.
Precio: 6 euros
Una buena crema es imprescindible para emprender la caminata. Ésta de Amapola Biocosmetics se llama Crema Camino de Santiago y es una refrescante fórmula para pies y piernas a base de árnica, romero y mentol que estimula la circulación venosa y combate los signos de sequedad e inflamación. Indicado para los deportistas, los que trabajan de pie, las embarazadas, gente con problemas de circulación y andarines. Su efecto es casi inmediato.
Precio: 12,40 euros el envase de 250 ml.
ana dice:
angeles 
json formatter 
Beatriz Peña 
Spanish