Para quienes necesitan desconectar del mundanal (y digital) ruido con una buena dosis de glamour, el Spa del hotel Mandarin Oriental de Nueva York ha creado el tratamiento Digital Wellness Escape, o lo que viene a ser una escapada de bienestar para olvidarnos de las pantallas que han invadido nuestras vidas. Y yo, que no tengo reparos en apagar el móvil durante días para hacer un detox digital premeditado, tenía que probarlo para contaros mi experiencia en uno de los dos spas de cinco estrellas Gran Lujo de la ciudad que nunca duerme.
En el Spa del hotel Mandarin Oriental de Nueva York se toman muy en serio eso de desintoxicarnos de la tecnología. Tanto, que según entras al spa te requisan el móvil para desconectar del mundo digital sin miramientos. ¿Os entra ansiedad sólo de pensarlo? No temáis: estos profesionales del bienestar lo tienen todo muy medido, ya que entretienen a los Homos Digitalis con una sala de relax con vistas a Central Park para que dejen de suspirar por su terminal confiscado. ¿Que seguís hiperventilando por haberos separado de las redes sociales durante un ratito? Para quitaros todos los males, el Spa cuenta con una zona de spa separada por sexos con piscina de hidromasaje, ducha de contrastes, y una sauna con cristales de amatista para empezar la visita con buen pie. Bellezas Puras, el ambiente es tan tranquilo y tan privado que por primera vez pude disfrutar el placer de disfrutar de la sauna como Dios me trajo al mundo: sin biquini, y sin móvil.
Cuando el Homo Digitalis empieza a acostumbrarse a vivir sin su apéndice digital, comienza un tratamiento restaurador de 80 minutos que contrarresta las dolencias causadas por la tecnología en los músculos de la cabeza, el cuello, los ojos, los hombros, las manos y los pies. El protocolo se adapta a las necesidades detox de cada persona mediante un cuestionario exhaustivo para entender los desequilibrios físicos y energéticos a tratar. Concebido como un ritual de bienestar con grandes dosis de ciencia, el tratamiento específico empieza con un baño aromático relajante un tanto peculiar. Preparado con agua templada donde se dejan macerar unos cristales de shungita y aceites esenciales a la carta, forma parte de un elaborado plan para reducir la carga electromagnética del Homo Digitalis y dejarle fuera de cobertura.
Tras 20 minutos a remojo regados con varios vasos de agua con shungita macerada, el cuerpo queda preparado para una escapada digital completa. Y es que lo curioso del asunto es que este ritual tiene una base científica, ya que la shungita es un mineral con un alto contenido en fullerenos que sólo existe en Rusia, y que se cree que puede proteger de las radiaciones electromagnéticas. Estas moléculas son capaces de unirse a los radicales libres que tenemos pululando en nuestro sistema, y los convierte en elementos inertes que el cuerpo puede desechar.
El meollo del asunto viene en un largo y decadente masaje customizado con los aceites esenciales escogidos por el cliente. Y es que resulta que cada Homo Digitalis es un mundo y necesita un tratamiento distinto. Jim Patrick, el principal terapeuta del Spa del hotel Mandarin Oriental de Nueva York, me desvelaba que cada pecadillo tecnológico acaba en un tipo de lesión por estrés repetitivo diferente. ¿Adictas al smartphone? La musculatura de la mano, que se origina en el codo, acaba poniendo mucha presión en los flexores y en los extensores, además de dejar los pulgares hechos polvo. ¿Que lo vuestro es andar pegadas a un ordenador? Los pobres músculos de vuestros hombros, cuello y pecho os delatan, ya que nadie tiene una postura ergonómicamente correcta en la oficina.
Por suerte, como parte del tratamiento el terapeuta crea un protocolo específico para las necesidades de cada persona, con la idea de trabajar sobre la memoria muscular. “Lo que queremos es que el cuerpo se dé cuenta de cuál es la postura más neutral y eficiente. Cuando podemos alcanzar una postura neutral, el cuerpo se beneficia en términos de patrones de dolor, pero también crea una forma más eficaz de gastar energía que se puede redirigir a otras actividades, como la creatividad, el sentido de alerta, o el bienestar general”, me confirmaba Jim Patrick entre pases mágicos destinados a relajarme hasta el infinito.
Sinceramente, cuando mi terapeuta acabó el tratamiento experimenté una extraña sensación de ligereza rozando la libertad. Este detox digital fue capaz de retrotraerme a un tiempo y un espacio en el que la vida era mucho más sencilla, y en el que nadie esperaba mi respuesta inmediata en múltiples canales. Tanto, que casi me olvido de recoger mi móvil a la salida.
Finalmente, y como buen spa de cinco estrellas Gran Lujo, el Digital Wellness Escape también incluye un ritual de spa para los smartphones confiscados; te lo devuelven limpio y guardado primorosamente en un estuche con unos consejos de la Clínica Mayo para continuar los beneficios del tratamiento al llegar a casa.
Bellezas Puras, en Nueva York todavía existen unos pocos remansos de paz donde no llega el sonido de las ambulancias. El Spa del hotel Mandarin Oriental de Nueva York es una de esas rara avis en las que parece detenerse el tiempo y el bullicio de una de las ciudades más pobladas del mundo. Si os encontráis por la ciudad, no dudéis en haceros un tratamiento Digital Wellness Escape. Vuestro cuerpo os agradecerá que desconectéis del móvil durante unas horas.
Digital Wellness Escape en el Spa del Hotel Mandarin Oriental de Nueva York. 80 Columbus Circle, 10023 Nueva York, Estados Unidos.
Precio: 325 dólares (aproximadamente 280 euros) / 1h 20 minutos. Acceso gratuito a las instalaciones del Spa con el tratamiento.