¿Qué buscamos cuando queremos tener una piel bonita y sana? Que esté luminosa y respladeciente y esto no se consigue sólo con agua. Afortunadamente, la cosmética cuenta con armas para dejar la piel envidiable. Y una de estas armas se acaba de presentar a la prensa: se trata de su Diffuseur de beauté, el nuevo iluminador de Galénic, una marca bien conocida que ha creado una fórmula eficaz, que de eso se trata.
Una piel apagada es sinónimo de poca salud o de poco cuidado. Y se nota y lo notas en tu propia piel cuando no brilla ni destaca. Galénic ya inició el año pasado una nueva andadura con su Secret d’Excelence, una crema anti-age fantástica (probada y con nota alta). Este año afina su galénica y avanza hacia la perfección, según nos ha contado Laurent Coupé, director general en España de los laboratorios Pierre Fabre, “cada año vamos descubriendo nuevas formulaciones y nuevos retos”.
El secreto de la luminosidad se basa en tres elementos esenciales:
- Un bonito tono rosado: Una piel llena de vida y unas mejillas coloreadas reflejan una buena microcirculación sanguínea a nivel subcutáneo. Según los análisis cromáticos este tono es un beis rosado.
- Una piel lisa: Las arrugas, los poros, las irregularidades y las imperfecciones crean sombras en el rostro y atenúan la luminosidad cutánea. Cuanto más lisa es la superficie de la piel más refleja la luz.
- Hidratación: Nunca nos cansaremos de repetir que una piel hidratada es una piel cuya superficie está redensificada, más renovada, mientras que, en profundidad, su microcirculación se ve optimizada. Es una piel más bonita.
Sin embargo, no es fácil que estos tres elementos estén en nuestra tez juntos porque el estrés, la contaminación, el tabaco (hay que dejar de fumar; os prometo que dejar el tabaco es de las cosas que más feliz me ha hecho), el alcohol y el sol en exceso (protección siempre, por favor) oxidan y dañan las células y alteran su metabolismo. Con el paso del tiempo la piel pierde la luminosidad, el rostro se marchita, se apaga y envejece.
¡Algo hay que hacer! El maestro formulador de Galénic ha pensado una fórmula totalmente inédita, que aúna lo mejor del cuidado con la acción “buena cara” del maquillaje: el Diffuseur de beauté, el primer potenciador de luminosidad de Galénic, un tratamiento ultra completo, capaz de mostrar cada mañana la luminosidad natural de la piel en un instante y recargarla de activos revitalizantes a lo largo de todo el día. Para llegar a buen puerto, ha seleccionado los mejores activos y ha trabajado elaborando las más precisas uniones en el núcleo de una estructura galénica excepcional; unos conocimientos y una experiencia únicos de una gran precisión, equiparables en ocasiones a un trabajo de orfebre.
Y si de orfebrería se trata, ¡qué mejor que un rubí para iluminar tu rostro! Los reflejos rojos resplandecientes de los rubíes provienen de su estructura única: una cadena de átomos perfectamente organizados y asombrosamente simétrica que firma su malla cristalina; una forma perfecta para reflejar la luz por difracción organizada en una sola dirección. Así, la luz nunca se dispersa, sino que invade cada milímetro del rubí y revela toda la intensidad y los matices de su seductor color rojo.
Galénic ha utilizado rubíes de Vietnam, extraídos del río Rojo, cerca del lago Yen, a 300 kilómetros al noroeste de Hanoi. Son los rubíes que no pueden usar los joyeros para engastar en una joya. Y lo emplean en forma de polvo precioso, como el de la imagen de arriba. Para preservar intacta la eficacia y la intensidad del polvo de rubí durante el mayor tiempo posible es necesario conservarlo en su estado original, es decir, seco. ¿Cómo? Se recubre con una matriz realizada a medida y compuesta por manitol que constituye el cuerpo de la micropartícula y por dos polvos de celulosa capaces de endurecer y preservar la estructura. Este recubrimiento, extremadamente sólido cuando está en estado seco, es capaz de recibir el agua contenida en la fórmula para convertirse en maleable y poder extenderse al contacto con la piel.
Pero no sólo de rubí vive la crema… El maestro formulador ha añadido en su fórmula un cóctel de vitaminas y de agentes hidratantes esenciales para que el efecto estimulador de luminosidad del Diffuseur de beauté sea progresivo a lo largo de todo el día. Entre ellas, la vitamina B3, reconocida por sus propiedades unificadoras y alisadoras que afina el grano de la piel y asegura una perfecta difusión de la luz; la vitamina E, que es conocida por su papel de escudo antioxidante y la glicerina vegetal, muy hidratante, que da un efecto redensificado.
Cuando aplicas una pequeña cantidad de Diffuseur de beauté, las micropartículas de rubí se comprimen al contacto con la piel. Entonces, masajeas suavemente y éstas se liberan para penetrar en en la piel. Su aroma es muy agradable y cuando la he probado sobre mi mano, al momento y comparándola con la otra, he notado una piel más lisa y luminosa. Parece que el objetivo se cumple. Las usuarias que han probado la crema han notado un relieve cutáneo más fino (90%); la piel más luminosa (94%); la tez con aspecto descansado (92%) y un 99% ha afirmado que es un tratamiento ideal como base de maquillaje. Ésta es una de los usos de este iluminador, como base de maquillaje, aunque puedes usarlo por la mañana o antes de salir, para un efecto luminoso inmediato o como tratamiento durante tres semanas. Puede formar parte de tu ritual diario o sólo para un día especial.
De venta en farmacias y parafarmacias en la primera quincena de junio.
Precio: 57 euros