No Madres, mujeres sin hijos contra los tópicos. Editorial Plaza & Janés.( Abril 2017) Recién estrenado el primer libro de la periodista y colega María Fernández- Miranda que aborda el tema de no tener hijos, casi desde el suplicio que supone tener que estar justificándose a cada paso.
Basta ya de preguntas incómodas. Porque sí o porque no. Porque no se puede aunque se quiera o porque no se quiere, aunque sí se pueda. La autora María Fernández-Miranda merece una entrevista y una buena lectura.
Con ella siempre he vivido buenos momentos, tiene un humor muy surrealista, y me encanta lo buena asturiana que ye. Valiente y siempre perspicaz, aborda un tema delicado que puede convertirse en una doble pesadilla.
¿Y los niños para cuando? “Nunca”. A pesar de que a María no le gustan las preguntas sobre este tema, ha respondido como una campeona a esta entrevista.
No Madres abre el debate sobre yo no quiero o no puedo tener hijos, y no pasa nada.
Su libro es algo más que una simple reflexión personal sobre la no maternidad. Participan otras mujeres que por diversos motivos no han tenido hijos pero han dejado un gran legado para la historia de Virgina Woolf a Alaska, Coco Chanel o Rosa Montero.
No Madres es un libro en defensa de la no maternidad. “Los seres humanos nacen, crecen, se reproducen y mueren, nos hacían repetir en clase. Según el censo de 2015, casi el 20% de españolas entre 40 y 44 años no han sido madres. En la franja de edad inmediatamente anterior, la que va de los 35 a los 40, las proyecciones se disparan hasta el 30%. Vistas las cifras, ¿qué pasa si esos seres humanos no quieren o no pueden reproducirse?” explica María Fernández-Miranda.
*BP: Define la esencia de tu libro como si fuera un perfume. Notas de salida, corazón y fondo.
Qué bonita pregunta… La nota de salida sería lavanda, porque es un olor que a mí me marea, y así es como me sentía cuando empecé a escribir el libro: confundida y mareada con un montón de ideas contradictorias que tenía en mi cabeza. La nota de corazón sería jazmín, porque me parece un aroma interesante y complejo, igual que las diez mujeres contemporáneas a las que he entrevistado y las siete mujeres de otras épocas en cuyas biografías he buceado. Elijo el jazmín por eso y también como homenaje al Nº 5 de Coco Chanel, que está formulado con ese ingrediente y que es una pieza fundamental de mi libro (quien lo lea sabrá por qué). En cuanto a la nota de fondo, sería bergamota, ya que es un aroma vitalista, chispeante, y a mí me gustaría que el libro dejara un poso de alegría, porque lo que trato de reivindicar con él es que no hay modelos de vida mejores ni peores, sólo diferentes, y que la no-maternidad se puede vivir con tanta alegría como la maternidad.
*BP: ¿Hay algo que justificar por no poder ser madre o por no querer serlo?
Me gustaría poder responder que no, pero mi experiencia personal y la de las diez mujeres a las que he entrevistado demuestran que no es así. Todas nosotras hemos tenido que lidiar con las preguntas de: “¿para cuándo un bebé”?, ¿por qué no tienes hijos?, ¿es que no te gustan los niños?”... Y así hasta el infinito. Creo que la mayoría de las personas que hacen esas preguntas lo hacen sin mala intención, pero deben saber que provocan dolor o, como mínimo, hartazgo.
* BP: Dime qué has aprendido como no madre de las otras protagonistas de tu libro.
De Soledad Lorenzo, que no podemos controlar la vida ni la muerte. De Rosa Montero, que la no-maternidad puede acentuar tu faceta creativa. De Maribel Verdú, que la felicidad no depende del hecho de ser o no ser madre. De Mamen Mendizábal, que no hay que callarse cuando nos sentimos juzgadas. De Paula Vázquez, que las circunstancias de la vida pueden ir cambiando tu punto de vista. De Carmen Ruiz, que todas nos hemos sentido raras por nuestra condición de no-madres, que no estamos solas. De Inka Martí, que el silencio y la vida interior son otra forma de felicidad. De Sandra Ibarra, que los milagros existen (ella ha sobrevivido a dos leucemias). De Almudena Fernández, que una mujer puede crear muchas cosas, no sólo vida. Y de Alaska, que no hay nada mejor que reírse de una misma.
*BP: ¿Qué es lo más duro de querer tener hijos y no conseguirlo?
Creer que eres la única a la que le ocurre eso, sentirte sola. Y aguantar preguntas impertinentes mientras tratas de digerir lo que te está ocurriendo.
*BP: ¿Qué le dirías a una No Madre y un No Padre recién diagnosticados?
Ese diagnóstico no existe de manera radical. Quiero decir que si no puedes tener hijos de manera natural puedes intentarlo con inseminación, con fecundación in vitro con óvulos propios, con óvulos de donante, con adopción… Hay muchos caminos posibles. Lo que yo les diría es que se marcasen un límite, porque si no puedes pasarte la vida de frustración en frustración. Mi límite estaba en la ovodonación: tenía muchas posibilidades de quedarme embarazada por esa vía y la rechacé. Yo no quería ser madre a cualquier precio.
*BP: ¿Por qué adoptar no entra en tus planes?
Por lo mismo por lo que nunca habría tenido un hijo sola: porque no me apetece. Es una razón suficiente, ¿no? Intenté tener un hijo con mi marido, como una consecuencia de nuestra relación. Como eso no salió, optamos por la no-paternidad, que es una alternativa tan respetable como todas las demás. Esa pregunta me la hacen mucho: “¿y por qué no adoptas?” Aunque suene borde, me sale responder: “¿Y por qué no adoptas tú? ¿Por qué piensas que yo necesito llenar un vacío?”.
*BP: ¿Crees que hay demasiada presión social sobre el concepto clásico de familia?
Por suerte, la mayor parte de la sociedad ya contempla con mucha normalidad que una mujer tenga un hijo sola, que una pareja de homosexuales se case, que un matrimonio se divorcie… Y sin embargo sigue provocando sorpresa que una mujer diga que no quiere ser madre. Prueba de ello es que Maribel Verdú lleva más de dos décadas teniendo que justificarse en las entrevistas por esa decisión.
* BP: ¿Qué legado te gustaría transmitir como No Madre?
Me gustaría ayudar a construir un nuevo modelo de no-madre. Todas hemos crecido escuchando que una mujer sin hijos era un ser incompleto, infeliz y egoísta. Tenemos que derribar esos tópicos. No somos ni mejores ni peores que las madres. Si tienes hijos ganas unas cosas y pierdes otras; si no tienes hijos, también. Me gustaría que las nuevas generaciones decidieran con libertad, sin dejarse influir por los estereotipos que a mí y a tantas otras nos han marcado.
* BP: Sabía que eras una buena tía, ahora además con sobrino… Háblame de esa relación casi maternal.
Bueno, hago todo lo posible por ser una “buena tía” en general y también en particular, en la relación con mis sobrinos. Tengo tres por mi parte y dos por parte de mi marido (y un tercero en camino). La gente suele decirte que si no tienes hijos no sabes lo que se siente, pero no creo que sea muy diferente de lo que yo siento por mis sobrinos. El papel de tía es uno de los más gratificantes que existen, porque los malcrías como una abuela, los entiendes como una amiga y hablas con ellos como una hermana... ¡y no tienes que perseguirles como una madre para que ordenen su habitación!