Estos últimos días he probado una sesión de reflexología podal, un tratamiento que me ha dejado con buen sabor de boca; un masaje en los pies de una hora de duración con el que me he quedado nueva. Cuando he salido del centro parecía que mis pies tenían alas.
Sin embargo, la reflexología podal es más que un masaje, es una terapia que proviene de China, que está relacionada con la acupuntura y que busca equilibrar la energía vital de la persona.
Os confieso que nunca me habían hecho una reflexología podal, e incluso me habían dicho que era una terapia que dolía cuando te la realizaban. Eso me gustaba poco. Sin embargo, cuando he llegado a The Beauty Concept, se me han disipado los miedos. Nada más entrar en el centro, además de dos chicas muy amables, te dan la bienvenida unas gigantescas imágenes de Paul Newman, James Dean y Marlon Brando de jovencito, además de algunas actrices de la misma época,en las que no he reparado tanto. Laura, la persona que me ha hecho el masaje me ha contado lo primero, porque se lo he preguntado, que había dos tipos de reflexología podal: una indolora (la mía) y otra, bastante molesta que utiliza una especie de ganchos para tocar los puntos de los pies.
Cuentan que la reflexología podal, cuyos orígenes se remontan a China y el antiguo Egipto, actúa como un sistema preventivo de enfermedades ya que equilibra la energía vital del organismo. Como soy bastante escéptica en estos asuntos, hace unos días hablando con una amiga, me comentó que un antiguo director de una revista de tirada nacional era una tremendo admirador de esta técnica y que acudía con asiduidad a hacerse su masaje y que se encontraba de maravilla.
Aunque sea una técnica milenaria, con más de 5.000 años de antigüedad, la reflexologia podal moderna surgió en el siglo pasado gracias a las investigaciones de doctor William Fitzgerald y explica que nuestros pies están en conexión con todos los órganos vitales. Así, la cada zona de la planta de cada uno de los pies representa de manera esquemática la totalidad del cuerpo humano indicando qué zonas de nuestro cuerpo necesitan más atención.
¿Qué hace entonces la persona que te realiza el masaje? Lo primero que hice fue tumbarme en una camilla con los pies descalzos. Laura me aplicó un aceite esencial con aroma a naranja. Lo del aceite no es necesario pero sí que es conveniente para que los dedos de quien te hace la reflexología se deslicen mejor por los pies. Primero en el pie izquierdo y luego en el derecho, Laura fue palpando cada pie, cada zona del pie, cada dedo por arriba, por abajo, los metatarsos, los talones, la planta, el dorso, el tobillo… no ha quedado ni un milímetro de mis pies sin que sus manos palpasen y escudriñasen cada zona que según esta técnica es una zona de nuestro cuerpo en donde hay unas 7.200 terminaciones nerviosas. Según los expertos en estas técnicas, mediante el masaje se puede saber qué le ha pasado a nuestro organismo porque en esta zona se guarda la memoria de los hechos pasados, de los percances y enfermedades.
Según iba palpando cada zona de mis pies, me contaba que ella notaba como si fueran granitos de arena, casi imperceptibles, y esos “granitos” o rugosidades correspondían a hechos pasados. Por ejemplo, me preguntó si había tenido algún choque con algún coche que me hubiera producido algún problema en el cuello. Efectivamente, hace años sufrí un topetazo bastante fuerte con un coche de choque en una feria que ocasionó un esguince cervical y que me tuvo con un collarín casi dos meses. También me preguntó si tenía algún problema de estómago, faringe, sequedad de boca o amargor y sí, también es cierto. ¿Algún problema de sequedad ocular? Sí, y además importante y no utilizo como debería la lágrima artificial que me ha prescrito la oftalmóloga. Así ha seguido, acertando en el diagnóstico en varias ocasiones. Y lo que también es verdad es que me ha dicho que no se reflejaba en mis pies ningún problema importante de salud. Afortunadamente, no lo tengo.
Este masaje tan agradable en el que “mis pies han hablado” es el primer paso de una reflexología podal. Las siguientes sesiones se fija un tratamiento de periodicidad semanal para ir abordando los problemas que se hayan reflejado en la primera sesión. Explican quienes conocen bien la técnica que es muy positiva para frenar el estrés, ya que relaja y activa la circulación sanguínea, mejora la calidad del sueño y afloja las contracturas musculares.
Que sea relajante, os aseguro que lo he probado en mis propios pies: he salido flotando y así no me extraña que relaje. Horas después, continúo relajada…
Precio: 70 euros/sesión
The Beauty Concept
C/ Ortega y Gasset, 49. 28006 Madrid.
Teléfono: 91 466 91 87