Peinados de fiesta: este año, inspírate en el pasado más glorioso de la historia. La moda encabeza la tendencia vintage, retro, revival… De regreso al futuro, todas las tendencias de peinados son susceptibles de volver. Retrocede hasta el año que te apetezca y busca tu look en las mejores páginas del mundo de la peluquería.
De los años 20 a los albores del punk, del floreciente y atildado siglo XVI a la cenicienta sobriedad de la posguerra mundial y de ahí al todovalismo de los doble cero: el peinado ha sido –y sigue siendo- uno de los mejores termómetros de que disponemos para conocer la manera de vivir en cada época. De algún modo inscrito en la psique colectiva, el peinado se acompasa a la lógica vital y cronológica del ser humano de un modo que no consigue prácticamente ninguna otra expresión excepto la moda, con quien forma un matrimonio indisoluble.
En estos días de fiestas de guardar en que queremos vernos más moninas que de costumbre –y, ¡oh, sorpresa!, incluso tenemos media hora más para todo-, volvamos la vista atrás para inspirarnos en esos peinados icónicos que ya probaron con éxito nuestras predecesoras. Si algo caracteriza nuestro tiempo es la exaltación del revivalismo, así que quién dijo miedo a la apropiación –ninguna de nuestras celebrities de cabecera tiraría la primera piedra, tenlo por seguro-. CopieINSPIRÉMONOS sin recato, compañeras.
Cada vez que leo eso de los ‘locos’ años 20 –y habrás notado que es el adjetivo fetiche para esta década- imagino amplias salas de fiestas forradas de espejos y coronadas por arañas de cristal, música swing y chicas descocadas deliciosamente libertinas. De eso trató el conato de emancipación sexual que se vivió a principios del siglo pasado, y las mujeres lo manifestaron en sus comodísimos cortes de pelo –básicamente cortos y ‘despreocupados’- que chocaban frontalmente con los elaborados recogidos de pelo kilométrico de los años anteriores. No fue el único paso en pos de la liberación: también abandonaron los ceñidos corsés que constreñían sus cinturas para entregarse a los patrones rectos de tejidos livianos. Respirar, qué regalo.
Los años 30 marcaron el principio del glamour tal y como lo seguimos entendiendo ahora. Las melenas se preferían rubias o morenas, pero siempre muy sexys y pulidas. Se nota que las mujeres tenían bastante tiempo para dedicarse a sí mismas, porque son peinados laboriosos, muy lejos del efecto ‘out of bed’ que ha impuesto nuestra década multitarea.
Los años 40 no suponen grandes diferencias, exceptuando, quizá, en el largo del cabello. Se mantiene la favorecedora melena delicadamente ondulada y con raya a un lado que seguimos viendo sistemáticamente (y sin aburrirnos) en las alfombras rojas de todo el mundo.
Con los 50 llegan el fin de la Segunda Guerra Mundial y la relajación de las costumbres a ritmo de rock & roll. Y, con él, los tupés, las coletas, los flequillos, los cardados, las bandanas… Como siempre, el pelo se entiende como un potente elemento identitario, pero también tenía que ser funcional.
La de los 60 es la década en la que se marca una clara división de género. Por primera vez después de varios siglos, el hombre vuelve a dejarse el pelo largo y a sembrar, con ello, la confusión sobre su sexualidad según los árbitros más retrógrados.
De entre todas las mujeres y estilos emblemáticos de la época, destaca Brigitte Bardot por su salvaje melenón ultrasexual que revalorizó el cardado como máximo -y muy cotizado- activo capilar.
En otro estilo radicalmente distinto, tanto de fenotipo como de consistencia y grosor de pelo –sin salir nunca de la categoría de Icono Sexual-, tenemos a la maravillosa Jane Birkin, su melena british larga, lacia y sedosa y su flequillo largo ‘sesentero’ –tan mítico resulta-. Nunca un estilo más casual y fácil de imitar resultó tan ‘efectivo’.