Llega la Navidad. Tiempo de amor paz y… comilonas. Según una encuesta realizada por el Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO) y la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), tres de cada cuatro españoles sufren síntomas como hinchazón de estómago, ardores, indigestión o náuseas como consecuencia de los excesos cometidos durante las fiestas navideñas.
Si eres uno de esos tres que se pone malísimo el día 26 de diciembre o el 2 de enero, te interesa saber cómo no pasarlo tan mal. Si eres el que no sufre esos síntomas, estás de enhorabuena, pero ya que has empezado a leer, no me dejes, que seguro que alguien de tu familia necesita estos consejos y ¡quién mejor que tú para dárselos!
Llegan estas fiestas y nos lanzamos a llenar la nevera, preparar menús y ponernos como el Kiko (no, el Rivera, no), el de toda la vida. Cada una de las comidas navideñas que hacemos supone una media de 1.100 calorías, y muchos de nosotros hacemos entre tres y cuatro comidas de éstas: que si los amigos, los compañeros de trabajo, la familia… Vamos, que empezamos las comilonas con la lotería y terminamos el día de Reyes. Tantos días pasándonos de grasas, dulces, sal y alcohol no puede conducir a nada bueno y si a esto se añades que se deja de hacer ejercicio, tenemos la bomba de relojería preparada. Al final de las fiestas hemos engordado entre dos y seis kilos y tenemos el estómago y el hígado hechos unos zorros.
“El acúmulo de excesos durante tantos días puede provocar sobrecarga digestiva y digestiones pesadas, ya que son comidas con muchas calorías, grasas y mucha sal. Así, pueden aparecer síntomas como hinchazón y ardor de estómago, dolor estomacal, náuseas, vómitos, diarreas y malestar”, asegura el doctor Juan Carlos Ocaña, profesor clínico de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Alcalá y miembro del grupo de Fitoterapia de SEMERGEN (Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria). Además, indica el doctor, “el alcohol es el nutriente más calórico de todos y puede irritar la mucosa gástrica, dando lugar a ardor de estómago y a sobrecargar de trabajo al hígado”.
¿Cómo comer estas fiestas para no acabar así de perjudicado como Homer Simpson?
- Hacer cinco comidas diarias: es importante no saltarse ninguna y tomar algo a media mañana y a media tarde para no llegar al evento con un hambre canina.
- Planificar bien el menú para no repetir comidas y que no sea demasiado abundante.
- Procura comer despacio y en cantidades moderadas y evitar terminar con la sensación de que no poder comer más.
- Limita los dulces: es preferible hacer una selección pequeña ya que tienen un alto porcentaje de grasas y de azúcares.
- Los días que no sean fiestas no dejes de comer: haz las cinco comidas habituales en las que se incluirán verduras y frutas.
- Haz algo de deporte, al menos una hora al día para compensar los excesos.
Apunta estos trucos para evitar excesos:
- Elige una ensalada para empezar.
- Evita el picoteo; mejor una ración.
- Si vas a poner embutido, es mejor optar por un jamón ibérico, que tiene menos grasa (y está más rico).
- No te hinches de marisco.
- Sal, poca.
- No consumas fritos ni otras preparaciones culinarias pesadas.
- Como plato principal: pescado al horno, que tiene menos grasa. Si se elige carne, que sean las piezas más magras y evitar los guisos y las salsas. Es mejor optar por las carnes de ave (pollo, pavo, pularda) que el cerdo o el cordero.
- En las salsas, reemplaza la mantequilla o la nata por leche evaporada.
- De postre: macedonias, gelatinas, frutas y sorbetes. Y también puedes apostar por la fruta asada, que es ligera y sabrosa.
- Bebe agua. Ya, es difícil durante las fiestas pero… si bebes vino, controla.
- Los licores no ayudan a hacer la digestión; es más, el alcohol, a altas dosis, no aligera la digestión sino que es un gran irritante de la mucosa gástrica. Y si crees que el licor de hierbas es digestivo ¡error!, porque no mantiene sus propiedades ya que el alcohol las inhibe.
Para ayudar a realizar la digestión, Teresa Ortega, profesora de Farmacología de la Universidad Complutense de Madrid y vicepresidenta de INFITO, afirma que “puede resultar útil la toma de preparados farmacéuticos de plantas medicinales, como el cardo mariano, que ayuda a proteger el hígado y mejorar su función para facilitar la digestión de sustancias grasas. El cardo mariano, aprobado ya como medicamento tradicional para afecciones digestivas relacionadas con la función hepática, ayuda a eliminar las toxinas acumuladas en el hígado”. También ayuda las hojas basales de alcachofa. Ambos productos se venden en farmacias y parafarmacias. Por supuesto, antes de tomar nada, consulta con tu médico o farmacéutico.