La higiene íntima femenina ha cambiado mucho a lo largo del tiempo y mucho más en los últimos años: desde los paños higiénicos que usaban nuestras abuelas, a las compresas y los tampones y lo más higiénico, que lleva ya algunos años en las farmacias: las copas menstruales. ¿Y tú qué usas?

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Durante la menstruación, las mujeres necesitamos comodidad, limpieza y seguridad, y no estar preocupadas por si manchamos, olemos o estamos incómodas.

Afortunadamente, ya no estamos en la época de nuestras abuelas que usaban unos paños higiénicos que sólo con verlos tendidos en los tendederos de las casas ya daba mal rollo. Las compresas llegaron y se quedaron y aún se siguen usando: con alitas, finas, con adhesivo para la ropa interior… Una incomodidad tremenda. Llegaron los tampones y fue la revolución: eran mágicos y supusieron una revolución en la vida de las mujeres de mitad del siglo XX, aunque ya se usaban en los años 500 y 400 antes de Cristo. De hecho, Hipócrates ya describió el uso de un tampón hecho de gasa de hilo enrollado a un trozo de madera ligera. Para qué os voy a engañar: ahora mismo tengo una grima tremenda sólo de pensar en el artilugio ése.

Pero los tampones, a pesar de ser un invento genial, tienen sus problemas, porque en ocasiones no pueden absorber toda la menstruación, a algunas mujeres se les olvida quitarlo (sí, no os extrañéis, que hay casos curiosísimos) originando infecciones y, además, se han dado casos de problemas más importantes aunque no habituales, como es el síndrome del shock tóxico estafilocócico, No os asustéis que tiene una prevalencia muy pequeña.

Las copas menstruales son recipientes que se insertan en la vagina y recogen el flujo menstrual. Luego se tira el contenido al inodoro. Así de fácil. Realmente no han tenido mucho éxito en el mercado porque parece que las mujeres son/somos bastante reacias a intereactuar con nuestra vagina. Sin embargo, a mí, personalmente, me parece un producto utilísimo y limpio.

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Copa menstrual Enna con aplicador.

 

La esperanza de vida ha aumentado mucho. En el año 1000 antes de Cristo, una mujer vivía una media de 18 años; hoy en día, casi 87. Y de esos 87, más de 35 con menstruación. Necesitamos unas herramientas higiénicas que nos permitan una vida más fácil.

La copa menstrual tiene muchas ventajas frente a otros sistema: es respetuosa con el medio ambiente porque la copa menstrual se usa, se lava y se guarda y puede durar entre 8 y 10 años; es limpia y económica: con una tienes para casi 10 años.

Las primeras copas menstruales se fabricaron en los años 30 del siglo pasado y eran de látex. Dejaron de fabricarse en los años 70 y desde hace unos años han irrumpido con fuerza.

La última que ha llegado al mercado es la copa menstrual Enna Cycle, que está fabricada con silicona 100% médica, un material que no produce alergias porque es inerte y no genera intolerancias ni alergias, es esterilizable y libre de bacterias. Recordad que el flujo menstrual es un caldo de cultivo donde anidan todo tipo de bacterias (buenas y malas).

Lo normal es cambiarla cada 4 o 5 horas y llevar una de recambio, aunque puedes estar con ella hasta 12 horas.

La diferencia de la copa menstrual Enna Cycle con otras es que ésta lleva un aplicador para ponerla con comodidad; un hilo para facilitar la extracción; tiene más capacidad y está hecha en España. Además, se fabrica en varias tallas según la edad de la mujer, la cantidad de flujo y si ha tenido o no partos vaginales.

Y si el de problemas a la hora de usar una copa menstrual es cómo ponerla, es muy fácil y en este vídeo lo vais a ver:

Precio: 39 euros la caja con dos copas menstruales, un aplicador y un recipiente esterilizador. De venta en farmacias.