Tomar clases de baile, además de ser una alternativa divertida a las tablas de gimnasia, la biodanza por ejemplo, es también un ejercicio completo para moldear el cuerpo y acompasar la mente con la música. Sus beneficios van más allá de los ejercicios físicos y entran de lleno en el terreno del desarrollo y el crecimiento personal. Y creo que casi cualquier tipo de baile te ayuda a expresar emociones, a conocerte mejor y a que fluya tu energía positiva.
Las danzas ponen en movimiento o en danza todo nuestro organismo, haciéndonos trabajar desde la punta del pie hasta el último mechón de nuestros cabellos. Desde el agitado rock and roll a los sinuosa danza del vientre, cada baile tiene unas propiedades específicas que está en relación directa con la técnica empleada. De manera similar a lo que ocurre en algunos deportes (por ejemplo, el tenis fortalece la musculatura de los brazos), los distintos estilos de baile tienden a un desarrollo corporal diferente. No es lo mismo bailar tango que cha-cha-chá, y los resultados se aprecian en músculo a músculo.
¡¡¡ Todos a bailar !!!
EN BUENA ARMONIA. Los movimientos corporales se coordinan con la música y al mismo tiempo que se agudiza el sentido del ritmo, el cuerpo se estiliza con elegancia. Paso a paso, el cuerpo gana en armonía global. Se gana flexibilidad, agilidad y resistencia física en general. El baile debe estar dirigido por un profesional, al menos en las etapas de iniciación, ya que un mal trabajo puede repercutir en contra nuestra, en lugar de estirar y alargar los músculos, éstos se podrían ensanchar y deformar.
MUCHA DISCIPLINA. Del mismo modo que en cualquier actividad física, el baile exige disciplina y constancia. Si de verdad se quieren notar sus efectos se debe practicar con regularidad. La frecuencia depende en gran medida del nivel a conseguir, las exigencias no son las mismas para un profesional que un aficionado. Pero siempre hay que perseguir dar un paso más. El límite está en el esfuerzo progresivo. Sudar la camiseta un poco.
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¿QUÉ ES LA BIODANZA?
Comenzó en la Universidad de Chile con Rolando Toro hace 40 años. Se trata de un trabajo de desarrollo personal que tiene como objetivo una integración entre sentimientos, actitudes y actividades. Basado en el movimento y la música induce vivencias que estimulan la renovación de actitudes afectivas. Emplea movimientos recogidos de diferentes danzas del acerbo tradicional : artes marciales, danzas folclóricas, etc. La biodanza está regulada por el placer de la música y el movimiento. Se utilizan canciones y ritmos cuidadosamente seleccionadas que inducen a la expresión de las emociones. Se suele practicar dentro de una sala, pero también se dan experiencias al aire libre o en piscinas de agua caliente. Sus beneficios van desde la ampliación de los recursos de movimientos al aumento de la comunicación emotiva.
Ventajas: La biodanza es para todo el mundo porque no requiere una preparación previa. Ayuda a desarrollar nuestras capacidades de vitalidad, salud, alegría, ímpetu, etc. Se trabaja la sexualidad en el sentido de reconocer que es lo que nos atrae. Estimula la creatividad existencial para poder definir como quiero las cosas: donde, cuando y con quien. Pero sobre todo, favorece la afectividad personal: los vínculos con las personas y la posibilidad de sentirnos parte de un grupo.
Inconvenientes: Es una técnica dirigida siempre por un monitor al que se le denomina facilitador. La biodanza tiene que ser un trabajo orientado y sólo se puede practicar en grupo.
¿Qué te apetece bailar?