Pueden estar en tu exfoliante, crema, gel ducha, o incluso en tu pasta de dientes. Los microplásticos son partículas tan minúsculas -menos de 5 milímetros,- que no son filtradas por los sistemas de depuración, por lo que van directamente a contaminar nuestros mares y océanos y al estómago de los peces que luego nos comemos.
Estados Unidos y Australia ya han prohibido su uso, Reino Unido se les sumará a mediados de 2017 después de que más de 350.000 ciudadanos respaldaran una petición de Greenpeace. La patata caliente está ahora en el tejado de la Unión Europea. Y España, ¿tiene pensado hacer algo?
Esta amenaza invisible para los océanos procede muchas veces de la descomposición de plásticos más grandes, pero también de las microesferas que se utilizan en la fabricación de muchísimos productos, no solo cosméticos, como los detergentes para la ropa o lavavajillas.
La industria de la belleza incorpora a sus fórmulas microplásticos porque son baratos y versátiles. Actúan como una lima o cepillo, de ahí que sean perfectos para los exfoliantes –en lugar de ingredientes más caros como las almendras o el hueso de melocotón-, pero también se añaden para dar color y textura. En una simple ducha un gel exfoliante puede liberar hasta 100.000 microesferas de plástico. Según Greenpeace, solo en Europa se estima que cada año vertimos más de 8.000 toneladas de estos contaminantes casi invisibles a los océanos, el equivalente al peso de la Torre Eiffel.
Precisamente Greenpeace abandera la campaña para prohibir los microplásticos en todo el mundo, de hecho su presión ha convencido a las autoridades políticas de Reino Unido. Según la responsable de los océanos de la organización verde, Elvira Jiménez, “Los daños de los microplásticos, a diferencia de los más grandes, son potencialmente mayores porque son más accesibles a más especies, incluso para el fitoplancton”. Los peces más pequeños los confunden con huevas, los ingieren y como no los expulsan, permanecen en el interior del pez y vuelven a nuestros hogares, de donde nunca debieron salir, contaminando lo que nos llevamos a la boca.
A los animales marinos les puede producir bloqueo intestinal, dificultades en la reproducción y un debilitamiento que los hace más vulnerables a los depredadores, pero se desconoce si además las sustancias tóxicas que liberan algunos plásticos pueden causar mayores efectos.
Por el momento no hay estudios sobre los efectos que puedan tener sobre la salud humana, pero Greenpeace ha recopilado en un informe diversas investigaciones que revelan la presencia de microlpásticos hasta en 170 especies marinas entre las que figuran los mejillones, las ostras, los atunes o la caballa.
Australia y Estados Unidos han sido los primeros en prohibir su uso en cosmética, Reino Unido, Canadá, Dinamarca o Suecia van camino de hacerlo, pero, ¿y España? Desde Stanpa (Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética) nos cuentan que, siguiendo la posición de la Cosmetics Europe, en octubre de 2015 ya recomendaron a sus asociados que fueran disminuyendo el uso de micropartículas sólidas sintéticas no biodegradables en los cosméticos que se enjuagan, hasta su eliminación en 2020. Y parece que muchas compañías han anunciado ya su compromiso de eliminarlos. Muy buenas intenciones pero que van retrasando la eliminación y llenando los océanos de porquería.
Y aunque desde Stanpa insisten en que su compromiso es buscar su eliminación, recalcan que la aportación del sector cosmético al problema es muy pequeño: “la evidencia científica sugiere que la gran mayoría de microplásticos en el mar procede de la fragmentación de materiales plásticos más grandes”. Y que recientes informes científicos “han tratado de evaluar el impacto que representan las micropartículas originadas por cosméticos y han encontrado que su contribución aporta como máximo entre un 0,1% y 1,5%.
Y como las cosas de palacio, van siempre despacio, y la Unión Europea mucho recomienda pero poco prohíbe, ayuda a los océanos desde tu hogar evitando que entren productos de belleza plagados de plástico diminuto. Saca la lupa, porque estos son los ingredientes que debes evitar:
- Polietileno, que aparece como Polyethylene (PE).
- Polietileno glycol, lo reconocerás por las siglas PEG- seguidas de un número, por ejemplo PEG-32.
- Polipropileno, en inglés Polypropylene (PP).
- Polimetacrilato de metilo (PMMA).
- Tereftalato de polietileno (PET).