Pisa en firme sobre un suelo pélvico en forma. Mantenerlo fortalecido es más importante de lo que puedas pensar, es fundamental para una vida sexual plena, favorecerá la recuperación postparto y es imprescindible si realizas ejercicio de alto impacto.

Solo necesitas una sencilla rutina de cuidados específicos para la zona más íntima de tu musculatura. Los ejercicios de Kegel, los abdominales hipopresivos o los usos terapéuticos de las bolas chinas son los aliados más afectivos.

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El suelo pélvico no empieza a preocuparnos hasta que el embarazo irrumpe en nuestras vidas. Su firmeza es algo que comienza a interesarnos al mismo ritmo que crece la barriga, aunque no se convierte en verdadero asunto de estado hasta que después del parto comprobamos sobre nuestras carnes lo que supone perder el tono muscular en la zona.

Afortunadamente la sabia naturaleza trabaja para que, en gran medida, a que todo vuelva a su ser, pero si le ayudamos mejoraremos mucho nuestra calidad de vida presente, pero sobre todo futura.

Sí querida, ahora eres joven y guapa, no tienes en mente ser madre y el peso de la gravedad es algo tan tan lejano que por el momento no va contigo. Sí, tienes la piel tersa y los músculos tonificados, pero a pesar de ser una asidua del gimnasio, o de haberte convertido en una loca del running de piernas atléticas, puede que no tengas todo tan firme como piensas.

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Tan importante como fortalecer lo que se ve, es tener en forma lo que no se ve. Como bien nos cuenta la ginecóloga Belén Gómez García en una sesión sobre suelo pélvico organizada por Chilly “ejercicios de alto impacto como el running, pesas o saltos, si no van complementados con ejercicios de tonificación del suelo pélvico pueden acabar desencadenando sntomatología derivada de la debilidad del mismo”. Por eso lo ideal es prevenir, fortalecer el suelo pélvico desde la lozana juventud para que deportes, embarazos y el paso del tiempo pisen sobre él sin que se inmute.

El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que cierran la pelvis en su parte inferior, su función es clara: sostener la uretra, la vejiga, el útero, el recto y en el caso de la embarazada, el bebé. Cuando está debilitado no es capaz de cumplir con sus funciones y se produce incontinencia, dolor vaginal, disfunción sexual, sensación de peso, amplitud vaginal, estreñimiento, dolor de espalda…

Nuevo Chilly hidratante

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Toma conciencia de él, tus manos son la mejor manera para aprender a controlar la zona, un conocimiento empítico que pasa por la fundamental higiene utilizando geles específicos, como los de Chilly, que respeten el PH de la zona íntima. Eso sí, solo para la higiene de la zona externa de la vagina, la zona interna no requiere limpieza, ella sola, oh sabia naturaleza, se auto-limpia.

Con la ayuda de tus manitas primero, y después haciendo un sencillo ejercicio: en el momento de hacer pis, intenta cortar el chorro de la orina para tomar conciencia del músculo. Ahora ya es momento de empezar con los ejercicios de Kegel: contrae durante 15-20 segundos, haz el ejercicio 3 o 4 veces, y repite la secuencia 6 veces al día. Puedes hacerlo en cualquier momento, delante del ordenador, en el metro, el autobús, metida en el atasco…

Después de unos meses, cuando los Kegel sean un juego de niños para ti, puedes pasar a las bolas chinas. Empieza siempre por una, colocándola durante 20 minutos 2 veces al día mientras estás en casa haciendo vida normal. Cuando tengas una dominada, puedes utilizar las dos. Pero siempre con un fortalecimiento de la zona previo, si no, puedes hacerte daño.

Pero tan importante como fortalecer la zona más íntima, es tener tonificado el músculo transverso del abdomen, y la única manera de ejercitarlo es con los abdominales hipopresivos -también haciendo danza del vientre-. El transverso es el encargado de dar estabilidad al cuerpo y de dirigir las fuerzas y presiones. Cuando tosemos, levantamos peso, saltamos, corremos…, se encarga de contrarrestar la presión evitando que recaiga sobre los músculos del suelo pélvico. ¿Ahora entiendes su importancia?