Avène nos ha convocado a su cita a anual con la prevención del cáncer de piel. Una ocasión para poner sobre la mesa la realidad de la fotoprotección, ¿aplicas bien el solar?, ¿revisas tus lunares?, ¿te has quemado alguna vez? Los resultados de la encuesta “Salud y Sol 2016” realizada por Avène demuestran que todavía hay muchas lagunas en lo que a protección solar se refiere.
Una llamada a la importancia de protegernos del peligroso sol responsable del melanoma pero también principal causante del envejecimiento cutáneo.
Un 21% de los encuestados ha sufrido más de 5 veces quemaduras en su vida. ¿Cuántas veces te has quemado tú? Pon especial cuidado en evitarlo en tus hijos, en los primeros años de vida se fraguan la mayoría de los cánceres de piel, concretamente la edad de riesgo llega hasta la mayoría de edad. Según la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología) una única quemadura solar con ampollas en la infancia aumenta más del doble las posibilidades de que una persona desarrolle un melanoma a lo largo de su vida. Para evitarlo la mejor medida en el caso de bebés y niños pequeños es, directamente, mantenerlos alejados del sol. En los niños y jóvenes, no separarlos del protector solar –siempre mayor de SPF30-, camiseta, gorra, gafas de sol y siempre evitar las horas centrales del día -entre las 12 y las 17 horas-.
Atenta porque a lo mejor estás entre el 37 % que no revisa sus lunares. La recomendación es acudir puntual, a la cita anual con el dermatólogo. Y una vez al mes, tómate 1 minuto para revisar cada centímetro de tu piel. Si tienes la mirada entrenada en cada una de las manchas de tu cuerpo, será más fácil detectar cualquier cambio.
Un 21% no sabe si utiliza el SPF adecuado, hasta un 61% cree que un SPF 30 protege el doble que un SPF 15, y el 88% no sabe a qué hace referencia el índice de protección solar. Este es sin duda el punto que más confunde a casi todo el mundo, ¿qué es el SPF?
El índice de protección solar (SPF) es una medida que indica el número de veces que el fotoprotector aumenta su capacidad de defensa natural del cuerpo frente al enrojecimiento o eritema previo a la quemadura. Por ejemplo, un SPF 30 indica que nuestro nivel de protección frente a un riesgo de quemadura es 30 veces superior que si no estuviéramos utilizando un fotoprotector. También podrás ver que en los envases del solar hay otro índice, el PPD, el índice de oscurecimiento pigmentario persistente, indica el nivel de protección solar frente a los rayos UVA. Un PPD 2 es una protección baja, 4 media, 8 alta y 14 muy alta. superior a 8 revela que tenemos un nivel de protección alto frente a UVA.
Un 50% de los encuestados no se aplica la cantidad suficiente de protector solar. Los solares hacen bien su trabajo si no escatimamos en su uso, deben extenderse 2 mg por cada centímetro cuadrado de piel para que protejan correctamente.
Y un 27% no renueva adecuadamente el protector solar. La crema solar debe aplicarse 30 minutos antes de la exposición y renovarse cada hora y media o 2 horas, o si se sale del agua o se ha sudado mucho.
Avène cumple 25 años, un cuarto de siglo muy vinculado a la fotoprotección. En su compromiso con nuestra salud y con la del maltratado planeta donde vivimos. Sus solares combinan salud y sol…
– Su fórmula contiene un potente antioxidante de liberación prolongada y protección contra los rayos infrarrojos para proteger la piel del envejecimiento causado por el sol.
– Utilizan los mínimos filtros solares posibles pero garantizando una amplia protección UVB-UVA, que son fotoestables y resistentes al agua. Su complejo fotoprotector patentado solo contiene 4 filtros -una pantalla orgánica y 3 filtros químicos-.
– Todas sus fórmulas contienen Agua Termal Avène.
La eficacia de sus solares la han probado en un estudio que acaban de presentar realizado en colaboración con el King’s College London en condiciones de exposición extremas. Han demostrado la protección del ADN midiendo la disminución del número de lesiones en condiciones reales de aplicación, es decir, aplicando la mitad de la cantidad recomendada 0,75mg/cm2, que es lo que aplica la mayoría de la gente.
Según este estudio la aplicación de 2 mg/cm2 proporciona una excelente protección del ADN, disminuyendo un 98,7% las lesiones del ADN frente al control. Y la aplicación inferior, de 0,75 mg/cm2, demostró una alta protección del ADN: disminuyendo el 88,3% los daños del ADN, tanto a nivel de la epidermis total, como de la capa basal o de los melanocitos.