Volver a las fuentes de Caldes de Boí es volver a beber y sumergirse en chorros de pura vida dentro de su balneario. Culto absoluto al bienestar de cuerpo, mente y lo que surja.
A sus 37 manantiales mineromedicinales, de Record Guiness, se suman todas las bendiciones de un entorno privilegiado donde pude probar un baño de bosque en el Parque Natural de Aigües Tortes.
Agua bendecida por sus propiedades minerales y medicinales para tomar en cura hidropínica (bebida) o en hidroterapia corporal, nebulización nasal o mediante aplicación de fangos o peloides.
Agua, manantiales y más aguas, de montaña, retorcidas y revueltas por la virulencia del deshielo y desbordadas por una flora en su mejor momento: gencianas silvestres, setas variopintas y abetos centenarios, en nacimiento y todas y cada una de sus fases de crecimiento, también bebimos su aceite esencial servido directamente desde su tronco. Además de inspirar, respirar y notar el oxígeno estallando en tus pulmones, oler ese aroma a bosque verdadero, sin ambientador ni aditivos. Plena naturaleza, muy Belleza Pura.
El susurro del agua, el aroma de los abetos, en fin… adoro este balneario. He ido y vuelto a Caldes de Boí muchas veces y espero seguir así. Es de esos paraísos donde siempre queremos volver, un lugar con carácter intemporal de refugio perdido entre montañas. Un valle secreto que conocí en los 90, según dicen su época más decadente. Justo, desde entonces, estoy enamorada de este lugar. No puedo ser objetiva. Esta vez he visto muy renovado el hotel, el balneario ha renacido, todo tan encantador como siempre.
Destaco el pasillo dedicado a Eusebia, un detalle de buen corazón hacia una empleada que era toda una institución del centro termal; hoy jubilada. El cocinero es mejor que el anterior. Si el menú antes era bueno, ahora es mejor y la excelencia de calidad superior es obra del nuevo chef Miquel Soria, que alegra el paladar incluso con el menú detox, elaborado con el asesoramiento de la Dra. Lorena Vela, directora Médica del Balneario Caldes de Boí y experta hidróloga. Interesantísimo recorrer con ella todos los manantiales y sus efectos sobre la salud. Su diagnóstico médico es previo a cualquier cura termal y tratamiento corporal. Los balnearios tienen categoría sanitaria son aguas vivas: calientes y frías cargadas de minerales y con un alto nivel de eficacia.
Continuamos con otros argumentos para el disfrute, además de sus curas de aguas termales, su oferta de salud y belleza continúa en la zona seca del balneario, donde disponen de cabinas para los tratamientos corporales con fangos medicinales, duchas, bañeras y la cosmética de Caldes de Boí in your skin. Probé su milagroso fango verde: Sulphaterm, recomendado como exfoliante mineromedicinal con aplicación en psoriasis y acné.
Por si fuera poco, el Alto Ribagorza es una preciosa comarca de Lérida muy preparada para el turismo cultural y de montaña. Fuera del balneario hicimos la ruta de iglesias románicas, un alto en el camino que merece la pena visitar, no perderse el Parque de Aigües Tortes, una verdadera maravilla de la naturaleza, dónde hicimos un baño de bosque, entre cascadas, montañas y lagos con una guía muy bien informada. A veces la vida parece un sueño, sólo hay que pararse a observar la naturaleza de cerca.
En suma, una escapada 100% recomendable, tomar las aguas, salir al monte a respirar hondo, mover un poco las piernas y probar la cosmética termal y minero medicinal Caldes de Boí in your skin and your pharmacie.
Caldes de Boí in your skin. Disponible online, en farmacias y parafarmacias.