Mi mama me mima, mi mamá me da de mamar, en público o en la oscuridad… La lactancia natural es sobre todo eso, natural. Sí, amamantar en público es algo normal, ¿o no? Al margen de ideologías politicas. Hacer un Bescansa no significa que seas de Podemos. Pero desde luego, que podemos hacerlo con naturalidad. La única idea es vivir tu maternidad con libertad de movimientos y sin oscurantismos. A la luz del día. No es exhibicionismo, es la vida en estado puro. Exhibicionismo son los escotes hasta el ombligo sin más causa que mostrar el pecho a todas las miradas.

La cruda realidad es que tenemos poca cultura de lactancia y toparse con una mirada hostil o con impedimentos es más frecuente de lo que podamos pensar. O no hemos avanzado tanto como yo pensaba, o una ola de puritanismo o absurdo decoro se extiende peligrosamente para arrastrar al cuarto oscuro a las madres que alimentan a sus hijos a la vista de todos. Y si el niño ya camina y casi habla prepárate para escuchar comentarios de todo tipo. ¡Qué escándalo!

Foto de Ivette Ivens

Foto de Ivette Ivens

“La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante seis meses, la introducción de alimentos apropiados para la edad y seguros a partir de entonces, y el mantenimiento de la lactancia materna hasta los 2 años o más”, esto es lo primero que se puede leer en el apartado de lactancia de la página web de la Organización Mundial de la Salud.

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Si el mensaje es tan contundente y los beneficios de la lactancia materna tan sobradamente conocidos y probados, ¿qué le pasa a esta sociedad, está enferma?

Últimamente me topo con una crítica recurrente a “las madres que amamantan a sus hijos en cualquier lado o esas que siguen haciéndolo cuando el niño ya tiene dientes y va casi a la universidad”. Y sorprendentemente quienes se expresan en esos términos son mujeres y yo no salgo de mi asombro.

¿Cuál es el problema?, que den el pecho, que lo hagan en público o todo a la vez. ¿Ven acaso un acto pornográfico en la lactancia? A ninguna parece molestarle el bombardeo continuo de la publicidad más sexista con la delantera femenina como protagonista. Televisión, prensa, carteles publicitarios…, nos parece maravilloso que el pecho se utilice de manera recurrente como estrategia de venta, pero “¡oh madres locas, como osáis a utilizarlo en público para lo que fue concebido: amamantar a vuestras criaturas!”.

¿Que gracias a la lactancia la especie humana se ha perpetuado hasta nuestros días?, ¿que todavía sigue siendo la única manera posible de alimentar a los bebés en muchas partes del mundo y allí nadie se escandaliza? Nada, eso son cosas menores, es por encima de todo una provocación. Es sorprendente que un gesto tan natural, -no es erótico, ni obsceno, ni tiene por qué ser íntimo-sea escandaloso a ojos de ciertas personas.

Bromas e ironía a parte, no sé si la lactancia ha desatado vuestro lado más exhibicionista, pero las madres que conozco que dan o han dado el pecho, incluida la que les escribe, solemos ser discretas -porque aunque una no sea pudorosa, tampoco gusta de estar enseñando sus atributos a diestro y siniestro-, aún así, a quien le moleste, solo tiene que apartar la mirada.

Y si la moral más puritana se ha apoderado de ti, que sirva de muestra esta anécdota. Hace unos años, durante un bautizo a 32 bebés en la Capilla Sixtina, el Papa Francisco se dirigió a un grupo de madres cuyos bebés lloraban visiblemente de hambre y les dijo: “si los niños tienen hambre, no lo piensen dos veces y aliméntenlos, ellos son las personas más importantes aquí presentes”. Y las madres, rodeadas de los cuerpos desnudos que Miguel Ángel pintó, alimentaron a sus hijos, y no pasó nada.

Mujeres del mundo, tened hijos o no los tengáis, amamantadlos o dadles el biberón, haced lo que queráis, por ello no seréis mejores ni peores mujeres o madres, pero por favor, no juzguéis a quienes lo hacen en público o a la que lo hace hasta que a ella y su hijo les de la gana.