Fiel a lo prometido, la marca de productos para el pelo Henna Morena ha abierto tienda en Madrid, en el barrio de Chueca-Justicia, como os adelantábamos en esta entrada. No está en el lugar que creíamos, sino en la calle Piamonte, 18. Al igual que la tienda madre, la de Barcelona, ocupa 80 metros cuadrados y dispone, además de la tienda, de un shoroom para aplicar los tratamientos capilares que precises con la henna como elemento principal. Aprovechando la inauguración, he charlado con su fundadora, Sandra Vivancos, para que nos cuente qué nos ofrece la marca.
Peluquera, de familia de peluqueros, Sandra Vivancos se mueve entre tintes y productos para el cabello como pez en el agua. Son muchos años bregando con potingues para el pelo como para no saber qué se trae entre manos. Desde el principio, deja clara cuál es su filosofía alternativa: trabajar con productos naturales. Y ella se enamoró de la henna.
B.P: Por fin ya está la tienda en Madrid.
Sandra Vivancos: Sí, por fin.La tienda de Barcelona lleva abierta tres años y está en el Borne, un barrio en el corazón de Barcelona, un barrio con alma, como éste. Siempre que venía a Madrid he venido a comer y este barrio me “sonaba” al Borne. Estamos empezando y muy contentos porque es un momento en el que la usuaria quiere saber, ha comprado mucho pero tiene ganas de que la informes. Nosotros vendemos cosméticos, cosmética natural y trabajamos con plantas, lo quiere decir que hay una filosofía detrás. Cada vez hay más clientes que busca la cosmética natural para el cabello. En general, todo el mundo quiere verse el cabello brillante y sano. Muchas clientas de Madrid que iban a Barcelona pasaban por mi tienda. A mí Madrid me encanta y me hace mucha ilusión estar aquí. Es un sueño cumplido.
B.P: ¿Cómo surgió la idea de Henna Morena?
S.V.: Yo siempre digo que no he inventado nada. Esta todo inventado. Soy peluquera y provengo de familia de peluqueros. Antes de lanzar Henna Morena, surgió hace 15 años la idea de abrir una peluquería ecológica en Barcelona y me ha ido muy bien. Fueron 15 años de desarrollo del proyecto. He ido a Marruecos en mi coche a comprar la henna, a coopetativas, a por el aceite Y todo empezó así, en una habitación muy pequeña en un supermercado ecológico. Y pensé que si tenía tantas usuarias porqué no crear una marca para que la clienta pudiera hacerlo en su casa y, a la vez, dar apoyo a los estilistas que quieran trabajar bajo esta filosofía. No he inventado nada porque estaba ahí.
B.P.: ¿Y por qué la henna?
S.V.: Estoy todo el día dando vueltas a cómo se han cuidado las mujeres durante siglos, y la henna es la protagonistas de la marca, porque la conocí en la India y me enamoré de ella. Hay culturas que aún están en contacto con la madre naturaleza. Nuestras abuelas se han cuidado con lo que había: el vinagre y el aceite que daba su tierra y no se abusaba de la química y de ahí surgió la idea de trabajar con una filosofía más alternativa. La henna -Lawsonia inermis- contiene mucho hierro, es astringente y no agrede el cabello, porque su molécula se mezcla con la queratina del cabello, se fija de una manera natural y mantiene su cutícula.
B.P.: ¿Y el nombre de Henna morena, por qué?
S.V.: (Se ríe Sandra Vivancos). Porque yo soy morena y soy una abanderada de las mujeres morenas. Ya está bien de que a las mujeres morenas se la quiera convertir en una mujer rubia. Pero las que no se dejan están muy contentas porque hay otras alternativas para cuidarte, para teñirte y tener un cabello saludable.
B.P: ¿A qué público vais dirigidos?
S.V.: A mujeres y hombres, aunque la mujer se preocupa más de teñir las canas; al hombre le da un poco igual, pero sí se preocupa de qué tipo de champú que usa, que no contenga parabenos ni siliconas, y prefiere hidratarse el cabello con un aceite de primera prensada.
B.P: ¿Vuestro público es una mujer con alto poder adquisitivo o una mujer informada?
S.V.: Vamos dirigidos a una mujer de cualquier poder adquisitivo porque nuestros productos son asequibles; una caja de henna cuesta 13,80 euros y ése es mi objetivo: poder llegar a todas las mujeres que no quieren ponerse químicos tóxicos tanto por valores como por respeto, porque cada vez hay más problemas de salud, de alergias y de intolerancias.
B.P.: ¿Qué productos ofrecéis?
S.V.: El nombre ya lo dice: lo principal de la marca Henna Morena es la henna, la única planta del planeta que tiene la propiedad de teñir el cabello de una manera respetuosa. En cuanto toca el cabello, la molécula de la henna se mezcla con la queratina y se fija. El plato fuerte de la marca, además de la henna, son las plantas, tanto para teñirte como para cuidar el cabello. Hay muchas usuarias que no tienen porqué teñir el cabello, tienen un color bonito pero quieren cuidarse y nuestra filosofía es acabar con el químico artificial -en la naturaleza también hay química-, el químico tóxico. La filosofía es cuídate con plantas, hidrátate el cabello con un aceite de primera presión en frío. Nosotros nos dirigimos a las que no quieren esa química.
B.P.: ¿Dónde os hacen los productos?
S.V.: Fabricamos, producimos y envasamos todo en Barcelona. Tenemos un laboratorio en Barcelona y todo se hace allí. Sólo importamos dos productos: la henna, que la traemos de India, y la manteca de Karité. La henna la traemos de la India porque es más fácil que hacerlo desde Marruecos; es mucho más sencillo. Además, estamos cultivando henna en Burkina Faso, un país complicada pero con unas mujeres muy fuertes, que son las que llevan el cultivo. Estamos en proceso de investigación para conseguir una buena calidad de henna. De allí traemos también el karité, en el que trabajan para nosotros 1.300 mujeres. Hemos conseguido un certificado ecológico. Es un karité puro, ecológico, no refinado; una manteca con muchas propiedades para hidratar, nutrir, para problemas de dermatitis, psoriasis e intolerancias. Aquí tenemos un problema de abuso de detergentes, y de productos tóxicos que estamos comiendo y respirando y nuestro cuerpo habla. Por eso, desde nuestra marca, queremos ofrecer productos que nos cuiden y sean saludables.
B.P.: ¿Los tintes cubren el 100% de las canas?
S.V.: No, el cien por cien, no, la naturaleza llega adonde llega. En el caso de un cabello con un cien por cien de canas lo que hacemos es teñir con un tinte que no contenga ni plomo ni amoniaco, oscurecemos esa base pero luego ponemos un tratamiento de plantas. Para que la cana se cubra del todo algo tiene que llevar y, por eso, sobre del tinte ponemos plantas, aceite, cerveza… porque la cerveza contiene lúpulo y vitaminas del grupo B. Si hay que poner un tinte con química lo ponemos, pero luego lo compensamos con un tratamiento con plantas.
B.P.: Sólo tenéis un color, claro.
S.V.: Con la henna sólo podemos poner un color, y el color de la molécula de la henna es marrón cobrizo. Cuanto más morena es la base más natural queda y cuanto más clara es la base, más pelirrojo. Por eso, el miedo de las mediterráneas a si les va a quedar naranja, porque el primer recuerdo que tenemos de la henna es de esas primeras hippies que llegaron a la Península a mediados de los 60 y que eran nórdicas; claro, al ser su base muy rubia quedaba rojizo. Eso sí, tenemos clientes rubias y les queda muy bien.
B.P.: ¿Y cómo es vuestra cosmética?
S.V.: Es una cosmética slow. Si te pones un aceite hidratante lo vas a tener que dejar dos horas puesto en el cabello. No es una crema de poner y enjuagar. Yo soy madre y empresaria y mientras estoy con el aceite puesto, estoy con mis hijos o pongo la lavadora. Las mujeres trabajamos. Me puedo poner el acierte e irme a la cama y sé que me estoy cuidando. Luego, por la mañana lo lavo. No tenemos productos que lo hagan todo, no es lo que vendemos: que lave, que desenrede, que deje el pelo brillante… No, porque seguro que lleva siliconas y nuestros champús, aceites, acondicionadores o cremas no llevan ni parabenos ni siliconas.
B.P.: ¿Y además de vender vuestros champús, cremas, acondicionadores… hacéis algo más en este salón?
S.V.: Sí, este espacio también tiene un showroom. Hay usuarias que compran el tinte o un champú y les decimos cómo tienen que hacerlo. Pero si quieren hacerlo aquí porque lo prefieren, nuestro estilista les atiende, vemos cómo está su cabello y les decimos qué podemos ofrecer.
Sólo nos queda desde Belleza Pura darle la enhorabuena y augurarle muchos éxitos.
Aceites: de 27 a 28 euros.
Hennas: 15 euros.
Champús: entre 10 y 16 euros.
Mascarillas y acondicionadores: entre 15 y 25 euros.