Hola, bienvenidos a la realidad de una mujer con más de una cana al aire y su visita quincenal a la pelu para teñir sus verdaderas raíces plateadas. Pasaba por allí y ví un salón de peluquería Hair Krone y recordé mi invitación de Couture Color de Wella. Voy a entrar y me pongo al día con la coloración que ya me toca, más de un centímetro ya de cana. La buena de Begoña Galarza me lo soluciona ipsofacto. Gracias, eres un amor. Pero no ha ido bien.
Empezamos bien, eso sí. “Un té, gracias. Sólo raíces”. Trato amable, revistas: Hola y Diez Minutos. perfecta aplicación, calor infrarrojo, que se agradece en un día gris…El personal absolutamente encantador, todos.
Me ponen Kolestont y parece que todo va bien. En el lavacabezas, empiezó a sentir picor. “Champú Color Ignite y acondicionador de la misma línea Color Ignite de Sebastian“, me responden cuando pregunto. Una marca que uso y he usado más veces sin ninguan reacción negativa. Pero hoy el resultado es picor en el cuero cabelludo y al contacto con el foco de calor del secador que lo agudiza. “¡Me pica!”
Creo que es mi tercera o cuarta coloración no natural, y ahora mi cuero cabelludo ya está como el culo de un mono, un mono con el culo rojo, claro. Por cierto, un tono cálido que va con el color de mi tez. Y eso, que ahora me había pasado a los dorados porque vuelve el rubio por primavera. El resultado ha sido raíces enrrojecidas y un emborrachamiento de cana en un tono cobre choni a un centímetro y pico, que luego vira hacía un color más ardilla. ¿De dónde sale este color ardilla? ¿Han sido los infrarrojos o me he pasado de tiempo y la ardilla ha salido de su madriguera? No pienso volver a teñirme hasta dentro de 15 días mínimo. Paso de forzar más. Muy amablemente me han dicho que si quiero volver para corregir el tono, que evidentemente no ha sido el que yo llevaba. Un mal día lo tiene cualquiera. Más Cálido + Cálido = Frío y Color Imperfecto #ellosdancoloratuvida y algunas veces se equivocan porque son humanos.
Dos fallos humanos: picor y color fallido = insatisfacción. Yo también lo siento. Siento que algunos tintes o productos capilares me irritan el cuero cabelludo. Siento pìcor. También me irrita que el color de las raíces no coincida con el que yo llevaba porque en todo momento hablamos de igualar raíces, y no de cambiar mi castaño bronde con mechas doradas por un colar ardilla con las raíces pelirrojas.
Parece evidente que mi cuero cabelludo se ha sensibilizado al final del servicio de coloración y lavado. El picor puede ser una reacción alérgica, personal e intransferible. Me reconozco alérgica a los gatos, a los caballos, las Arizónicas, el Lycopodium y es evidente, que algún otro ingrediente que sería complicado de investigar. También puede ser que se deba a las coloraciones sucesivas y por supuesto, puede influir el estrés o cierta deshidratación, aunque cumplo religiosamente con el acondicionador y la mascarilla cada vez que me lavo el pelo. Pruebo todos los productos capilares que salen al mercado, quizá provenga de ahí…No debería probarlo todo. En otras ocasiones he usado productos de Sebastian y los considero buenos. ¿De dónde proviene mi picor?
¿Probarlo todo puede ser una actividad de riesgo? Vaya, el oficio de periodista de belleza en alerta.
No en vano, en una ocasión me preguntaron desde una firma cosmética que si cobraba dinero por probar los productos… La preguntita tiene más fundamento de lo que parece. Pero nada más lejos de la realidad, no sólo soy buena Conejilla de Indias, encima doy un premio al mensajero que me trae los productos a probar, cuando no soy yo la que se desplaza a una presentación, un spa, salón de belleza o de peluquería a probar las últimas novedades.
En este caso se trataba de las nuevas peluquerías HairKrone, una escisión de parte del equipo de Rizos.
He probado la coloración de Wella y el resultado final no me ha gustado. Igual han sido las partículas tóxicas en suspensión de toda la polución que hay en Madrid o el plátano y la mandarina que cené anoche. O tal vez, haya sido el té o las pastillas antioxidantes o el ajo negro que me tomé el otro día. Vaya usted a saber…
Lo pruebo casi todo formalmente en mi piel, mi pelo y cuero cabelludo y mucho más sobre mi antebrazo, que ya está el pobre como el brazo incorrupto de Santa Teresa de Jesús.
¿Os ha pasado algo parecido a alguna o soy la única?