El pelo está de vuelta a la zona más privada de nuestra anatomía femenina, el matojo regresa marcando estilo propio. Tendencia a todo vello, el Full Bush se impone en el bajo vientre, lustroso arbusto abrigando el frío invierno porque, ya lo dice nuestro refranero, donde hay pelo hay alegría.
Porque de repente, cuando ya estaba relegado a la desaparición, está recuperando el territorio perdido, la tendencia velluda se impone auspiciada por celebrities que no dudan en confesar lo florido que tienen su jardín.
En 2013 Gwyneth Paltrow confesó una entrevista con Ellen DeGeneres que no se depilaba la zona. Ese mismo año, la modelo y fotógrafa Petra Collins armó la marimorena al publicar en Instagram una foto suya con vello sobresaliento del bikini -¿habrase visto semejante loca?-, directamente la red social eliminó su perfil. Demasiado pelo para ellos.
Después vendrían los escaparates de American Apparel, que en 2014 le colocó un vello púbico tan poderoso a sus maniquíes, que escapaban de la ropa interior. O el contenido del libro publicado por Cameron Díaz, The Body Book, en el que dedicaba todo un capítulo a estos denostados pelos. En “Elogio al vello púbico” se podían leer cosas como “adorable cortina que rodea esa gloriosa y delicada flor”, o “Seamos honestos: al igual que otras partes del cuerpo, los labios mayores no son inmunes a la gravedad. ¿Realmente quieres tenerla pelada para el resto de tu vida?”.
Si a eso le sumamos, que las actrices porno más famosas, también están dejando de depilarse, tenemos que dar la bienvenida, como se merece, a la frondosa tendencia. Arregladito y bien podado, eso sí.
El denostado vello corporal vuelve a su lugar de crecimiento natural. El arbusto le da la espalda a Brasil, la meca del bikini que ha venido marcando las modas en lo que a depilación íntima se refiere, y donde no quedaba más que una delgada y casi inexistente franja de pelo, renace el matojo.
El vello público vuelve a conquistar al público, adiós a la exclavitud de una moda donde, ante la ausencia de pelo, florecían libres como el viento las enfermedades de transmisión sexual. La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) lleva un tiempo advirtiendo de que, gracias a la depilación integral de la zona, se han duplicado el número de infecciones. El preservativo no protege la zona púbica y el rasurado favorece que cualquier infección que se halle sobre la piel de uno pase al otro; además si la depilación es reciente, la irritación de la piel favorece la transmisión de las infecciones, y si el pelo está empezando a crecer, puede convertirse en una cuchilla que cause pequeñas heridas-coladero para los microorganismos. Todo ventajas, ya ves.
Aunque no os relajéis queridas, porque qué sería de nosotras sin la tiranía de las tendencias. Cuentan que en los salones de depilación de Brooklyn la tendencia riza el rizo y las clientas piden el Full-bush Brazilian en sus bajos. La cosa no tiene desperdicio, consiste en depilar los labios vaginales por completo pero dejando el vello púbico en su totalidad en la parte superior.