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Después de las BB Cream, llegaron las CC y luego las DD. Para nuestra sorpresa –porque nos ha sorprendido, lo que siempre es grato-, la innovación no ha sido consecuencia de seguir la colegial letanía alfabética, sino de poner el acento sobre un terreno sin explorar. La firma de esmaltes Orly ha sido la primera en lanzar una BB Crème –en français, s´il vous plaît- para las uñas. Un elixir que, a imagen y semejanza de las BB coreanas, persigue embellecer y tratar en el mismo gesto.
Esta clase de ocurrencias siempre me hacen pensar lo mismo: “cómo hemos pasado sin esto”. La idea se funde tan a la perfección con el flujo de tendencias y soluciones para la vida moderna, que diríase que siempre estuvo ahí, en ese magma de básicos que se hacen imprescindibles. Pero no.
Tenía que llegar una firma norteamericana con evocaciones de la vieja Europa a fundir en un bálsamo para las zarpas el concepto de las BB, en lo que se antoja un pequeño potaje de culturas cosméticas a gusto de todas.
La BB Crème para las uñas blanquea, hidrata, alisa y abrillanta la materia prima, lo que la convierte en un producto muy deseable para personas con uñas deshidratadas, amarillas o agrietadas, es decir, para prácticamente toda hija de vecina. Además, deja un ligero tono melocotón sobre la uña, con lo que no te sentirás ‘desnuda’ si eres adicta al esmaltado –un día podríamos hacer terapia de grupo-.
Se aplica sin base ni top coat. Únicamente un par de capas et voilà!
Precio BB Créme: 14,50 euros.
Hace una semana tuve la oportunidad de probar los esmaltes propiamente dichos en uno de esos incisivos tonos que se ven a kilómetros. Nada discreto –aún no sabía de la existencia de la BB Crème en delicado tono frutal-. Y la cosa insiste en esta luminosa senda de facilitarnos la vida a base de fórmulas con valor añadido. ¿Por ejemplo? No hace falta usar base. Puedes aplicar directamente el color con el pigmento más agresivo que se te ocurra, que la uña no se retuerce horrorizada ante la frivolidad: al retirar el esmalte la encontrarás perfecta.
También incorporan otras tecnologías útiles, como el secado rápido, la larga duración, la adherencia del color o el brillo, que no se puede calificar más que como refulgente. La paleta va en consonancia, y se presenta en acabado gelatina, mate o brillo.
El propio objeto merece mención aparte. Te podría contar que el pincel tiene 600 cerdas, lo que equivale a una gratificante rapidez, pero la chicha está en el tapón, que cuenta con un sistema de fácil agarre que facilita la aplicación aunque te estés pintando en el tren. Probado y aprobado por la menda lerenda por el bien de la humanidad.
Precio esmalte Orly: 14,95 euros.
A la venta en Nail´s Secret (García de Paredes, 78. Madrid), Lorena Morlote (Velázquez, 69) o Beauty Boulevard (Juan Bravo, 21).