Cosmética natural, cosmética bio, cosmética ecológica, cosmética verde, cosmética vegana, orgánica… y la cosmética clásica o convencional. ¿Son todas iguales? A simple vista puede parecer que sí. Vamos a intentar despejar las verdades y mentiras de la cosmética natural según las leyes oficiales que rigen en la vieja Europa y al margen de los sellos “verdes” y privados.
Primero, conviene precisar terminologías. Un cosmético natural es el que está formulado en mayor o menor medida con ingredientes naturales en su composición. Un cosmético “ecológico” o “verde” hace referencia al “ciclo de vida”, a su impacto potencial sobre la naturaleza desde el origen del producto, las materias primas utilizadas, los procesos de fabricación y transporte, incluso los materiales empleados para el envase y el reciclado en todo su desarrollo.
No existe una legislación que establezca porcentajes determinantes de ingredientes naturales para que un cosmético sea considerado natural. El reglamento europeo de criterios comunes para los cosméticos (Reglamento 655/2013) determina que todas las propiedades que se asigne a un producto deben estar fundamentadas y ser veraces para el consumidor.
Formular productos cosméticos 100% naturales es bastante complicado. Todo cosmético debe tener conservantes para impedir la contaminación microbiana y su oxidación al contacto con el aire.
La mayor parte de los principios activos proceden de fuentes naturales, especialmente plantas. Pero en la actualidad se identifica su fracción activa y se reproducen mediante biotecnología igual que en muchos fármacos. Son procesos costosos, pero no menos que destruir especies botánicas. ¿O sí? El debate es apasionante y el interés sobre el tema afecta a nivel mundial, actualmente se está trabajando en un estándar ISO, “Guidelines on Technical Definitons and Criteria for Natural & Organic Cosmetic Ingredientes and Products”, liderado por Stanpa, y que servirá de base a la Comisión Europea para establecer los criterios a aplicar a los productos de cosmética natural.
Lo natural se utiliza mucho porque es un valor aspiracional muy codiciado en un mundo contaminado y cada menos natural. Es puro marketing en la mayoría de los casos.
Ultimamente me está sorpendiendo mucho el uso del término holístico, también de una manera inadecuada por parte de las marcas de cosmética. Creo que es una tendencia al alza y debería ir un paso más allá de lo natural: cuerpo-mente y espíritu.
Cuando la naturaleza es casi un espejismo, lo natural está de moda, también en cosmética. Espero que eso nos haga mirar más a la Tierra y cuidarla un poco más.