Como bien saben dependientes y estadistas, las ventas de perfume se disparan cada Navidad. Pero no te aburriré con porcentajes –es alto, mucho-: prefiero regalarte el oído con la seductora ‘literatura’ que acompaña los lanzamientos masculinos de CH Men Privé de  Carolina Herrera y Solo Cedro de Loewe. El deseo se genera apelando a la emoción y a la mímesis antes que a las cifras, ¿no?

 

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Para cribar aspiraciones hasta dar con su público objetivo, CH Men Privé describe a un hombre de irresistible encanto y gusto impecable; espléndido, elegante y un punto atrevido. Las notas siguen el trazo de este retrato robot con una salida de pomelo, lavanda, cardamomo, salvia y tomillo rojo. El aroma de benjuí y el haba Tonka reposan sobre la piel, puntuada por matices de whiskey y cuero.

El frasco es un acierto: una elegante petaca negra con el logo en dorado. El clásico código cromático del lujo sobre un diseño atractivo, manejable y con raigambre.

El ex quaterback –sabiamente- reciclado a modelo Justice Joslin protagoniza la campaña, fotografiada por Mario Testino, y consigue por méritos propios su puesto en la imagen destacada de este post.

Precio: 82 euros / 100ml.

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Más comedida en la cosa de la definición, la casa Loewe juega la baza de la materia prima noble como gancho principal. El hombre de Solo Loewe Cedro no se refleja especialmente en la seducción, la elegancia, la exquisitez y el adorable gesto de enfant terrible, sino que se sumerge en la autenticidad de la madera para recrear su experiencia olfativa. Cuestión de pudor.

La fragancia arranca con mandarina y pimienta rosa, revela un corazón de lavanda y nuez moscada y termina con cedro y benjuí. Todo un juego de contrastes.

Precio: 100 euros / 100ml.