Siempre me ha parecido que una cabina de belleza comparte mucho con el diván de un psicólogo. Tú llegas, te dejas caer pensando ‘tronco va’, te abandonas, abres el pico un poquitín y te levantas como quien resucita de entre los muertos. En el mejor de los casos.
Lo último que he estado probando –pesarosa, y con el único ánimo de informar al respetable- ha sido un tratamiento llamado a equilibrar los chakras (o canales de energía para algunas doctrinas orientales) en el que, por aquello de canalizar, terminé abriéndome en canal –o al menos una rendijita-.
Si te has prestado alguna vez a que te toquen sabrás que el tacto es una importantísima vía de comunicación. Jugando con ‘las energías’, la experiencia se torna aún más profunda.
El masaje Bio-energético de Chakras de Aveda comienza con una decisión según el método preferido del señor Freud: a boleo. Te dan a escoger una serie de cartas en las que están representados los 7 chakras y tu instinto decide. Desde luego no es lo más científico del mundo, pero te puedes llevar una sorpresa si después coincide con el aceite esencial que le corresponde y que también eliges, como fue mi caso. ¿Será que mis chakras me están diciendo algo? ¿Será que no tengo que darles de comer pasada la medianoche? En fin, ya lo pensaré mañana, como Escarlata O´Hara. Además, aunque cojees más fuerte de un chakra te van a equilibrar los 7 con el mismo entusiasmo.
Y cómo fluye la cosa. El protocolo incluye un masaje profundo, reflexología podal y trabajo energético de los chakras, todo con el aceite de Aveda al que te haya llevado tu olfato. Al terminar, descontracturada y oliendo bien, un rato de charla con la terapeuta para arrojar luz a los canales energéticos sombríos. Como en la mejor consulta médica, en la camilla quedan las preocupaciones.
Precio: 85 euros.
Puedes probarlo en Love in Care by Art Lab.
Art Lab
Irún, 25
28008, Madrid
Tel: 91 758 68 78