Entre dinastías anda el juego. Mientras el fandom devora con fruición la quinta temporada de Juego de Tronos, el universo beauty asume los códigos capilares de la saga y los adapta a las propuestas de pasarela. Marc Jacobs, Hervé Leger o Alexander Wang, son sólo algunos de los diseñadores embrujados por la épica de Canción de hielo y fuego. Qué tendrá la disputa entre los Lannister y los Stark que a todos nos sugestiona tanto. Oye, si Pablo Iglesias le regaló la serie al Rey, quizá Esperanza Aguirre invite a la pelu a Manuela Carmena. Por aquello de la concordia.
Atentos al otoño porque volveremos al medievo. Y no sólo por el más que probable resultado de las elecciones, sino porque la calle pedirá a gritos una trenza, un cardado, una rasta y un largo. Y cuando el pueblo brama…
Haider Ackerman apuesta por un cardado con cierto deje siniestro à la Robert Smith. O sea, que muy bien.
Mechones gruesos cuidadosamente cardados, trencitas minúsculas y algo de tejido punteando un estilo más bien juvenil y como de desharrapado medieval. Estético es.
El largo de Rapunzel. La longitud estrella de muchas protagonistas de la serie. Estudiado despeinado, raya en medio, y mechones en modo bufanda. Como quien se planta un verdugo de los de ajusticiar en el cadalso, pero de pelo.
Ultra corto, pegado a la raíz y teñido en blanco como si le hubiera caído un bote de pintura. La paleta de color recuerda inmediatamente a la serie. Pero además de a Juego de Tronos, remite un poco a los elfos, ¿no?
McQueen se rinde a los encantos del gótico decimonónico, el baile de los vampiros, el medievo que moría de peste y tuberculosis, la clase alta aquejada de spleen vital, saturada de excesos. Tan excesivo como su cardado, que concentra todo el volumen en la zona superior.
De nuevo los elfos. Y un poco el ‘heroin chic’, también. Un look de raya en medio, pelo mojado y taciturno y patillas. Conseguirlo es tan fácil como jugar con los productos de acabado adecuados. El contrapunto a los cardados.
Seguramente la propuesta más prêt-à-porter. Un recogido que recuerda una espiga, con un complejo esqueleto de horquillas y puntas deshilachadas. Muy ad hoc.
No son trenzas… pero lo parecen. El estilo de Mendel se inspira en uno de los recogidos más míticos de la serie y lo traslada a su pasarela en versión urbanita-acelerada, relativamente fácil de imitar con un poco de maña.
Imaginación al poder en este moño frontal en bruto de Marc Jacobs. La idea, pegar completamente el resto del cabello, como si fuera un casco rematado en borla. Como el resto de inspiraciones, tiene un vago aire de aristocracia revenida. De manera que si te animas a ‘tronificarte’ en casa, ten en cuenta los denominadores comunes: aire gótico / decimonónico, aspecto de aristócrata venida a menos, languidez élfica, largo, trenzas y recogidos elaborados. Imposible fallar.