La hidrocinesia es una ciencia deportiva, que mejora el bienestar general y localizado en forma de lesiones o dolores, también ayuda mucho a estar en forma durante el embarazo. Más acá de la hidroterapia y más allá del fitness acuático o el famoso acquagym. Álvaro Garrido, experto en la materia nos cuenta su testimonio y nos abre las puertas de su centro Be Water.
Sumérgete en el agua y respira hondo...
Hola, me llamo Álvaro Garrido, y os voy a contar cómo descubrí, de forma accidental, nunca mejor dicho, la hidrocinesia, y cómo me hice profesional de esta materia después…
Hace 7 años, me rompí el peroné y el astrágalo por una caída y como creí que era un simple esguince, traté de caminar durante un rato, el resultado fue que me tuvieron que someter a dos operaciones. Aunque logré evitar una artroscopia, gracias a la fisioterapia y a hacer todos los días ejercicio en la piscina de mis vecinos. Durante más de 6 meses, repitiendo cada día todo lo que mi fisioterapeuta me había enseñado en su centro. Pronto me di cuenta de que me costaba menos dentro del agua, que hacer los ejercicios con ayuda y ‘’en seco’’.
Como soy bastante inquieto, me dediqué a mirar por internet y descubrí que lo que yo hacía de forma intuitiva era parte de una disciplina llamada hidrocinesia, que consiste en la realización de ejercicios dentro del agua, y un nuevo campo deportivo que se puede enfocar a rehabilitar el cuerpo después de una lesión, previo tratamiento médico o fisioterapéutico.
Y aunque haya expertos que la engloban dentro del Fitness, hoy tan de moda, pero en su tipo acuático, y que muchos confunden con el ‘’ acquagym’’ y las actividades de entretenimiento en las piscinas de los hoteles; la hidrocinesia se trataría de cómo aprovechar al máximo las propiedades del agua y sus consiguientes beneficios:
– Bajo el agua, trabajamos con la presión hidrostática, que permite una mayor sujeción articular y muscular, facilita el retorno venoso y ofrece una “oposición beneficiosa” para la musculatura respiratoria lo que facilita su reforzamiento. La presión ejercida sobre la piel, órganos y el aparato locomotor incrementa la percepción sensorial y kinestésica, lo que predispone al desarrollo de una coordinación neuromotora más fina y con ello a un incremento de la eficacia de los movimientos. Por eso resulta más fácil eliminar los desequilibrios musculares, permitiendo tanto estirar los músculos como fortalecerlos simplemente realizando ejercicios dentro del agua o incluso hacerlos en posiciones que fuera son imposibles. Ideal para la recuperar la musculatura de mi pierna, que se había quedado como un ‘’palillo’’ y me daba casi vergüenza hasta ponerme unos pantalones cortos.
– Además, descubrí por fin lo que mis profesores me habían hecho estudiar sobre El Principio de Arquímedes o del empuje que ejerce el agua sobre el cuerpo, lo que hace disminuir su peso. Por ejemplo con “el agua al cuello” nuestro cuerpo sólo pesa un 10%. Así, variando la profundidad de la piscina, logramos regular el peso que tienen que soportar nuestras articulaciones, tendones y músculos. También varía el centro de gravedad y la respuesta muscular para equilibrarnos y para realizar los movimientos.
– Leyendo un poco, aprendí que existía una mayor resistencia al movimiento debido a la densidad del agua ( 700 veces mayor que la del aire) lo que hace que la aplicación de las leyes de Newton (la de la manzana y su ley de la gravedad) sobre inercia, aceleración y frenado de los movimientos, se reduzcan por la constante oposición de la masa de agua que envuelve al cuerpo. Un aspecto muy importantee para la realización correcta de los ejercicios de recuperación junto con el aumento de la musculatura, sin darte casi cuenta y para todo tipo de edades.
Todos estos argumentos hacen de la aplicación adecuada del agua, un medio muy beneficioso para la salud:
-el agua fría o helada es buena para: la vasoconstricción y como antiinflamatorio.
-el agua caliente es relajante, vasodilatadora y analgésica.
En todo caso, ideales para la rehabilitación de las lesiones deportivas, así como para combatir el estrés y facilitar la recuperación entre entrenos. Por eso, decidí hacerme un experto en esta disciplina, estudiarla y aplicarla en Be Water (www.be-water.es , un centro especializado en cuidar a las embarazadas y los bebés, y con una piscina de agua caliente a 32º (única en Madrid) y con profesionales tanto del mundo del ejercicio físico como fisioterapeutas. Y encima, salada y sin nada de cloro, lo que ayuda a fijar el calcio en mujeres y mayores, además de proteger la piel y los ojos.
¿Y por qué no decirlo? la inmersión en la piscina de agua calentita para hacer los ejercicios no da pereza, creo que es importante. A mí me tocó a diario con agua fría porque los baños de agua “helada” están considerados como el mejor método antiinflamatorio en la fase aguda. Y sino que le pregunten a los deportistas de élite, cuántas veces han tenido que sumergir sus piernas tras duros entrenamientos de carrera en un gélido baño. Como sabéis, el agua por encima de 28º produce vasodilatación, relajación muscular y tiene un efecto analgésico, lo mejor para recuperar lesiones crónicas.
Sobre los ejercicios en el agua, esta ofrece una resistencia muy superior a la del aire, como os he contado, frenando los movimientos pero a su vez estabilizando la ejecución de los mismos con lo que también permite realizar ejercicios en una disposición favorable para la columna vertebral y las articulaciones por la cierta ingravidez (flotación) que se experimenta.
Por ejemplo realizar extensiones de rodilla contra la simple resistencia del agua estando sentado en el último escalón de la escalera de la piscina, se asemeja a la ejecución del “leg-extension” en máquina como vemos en los gimnasios, pero con menor esfuerzo y/o daño, con lo cual mucho mejor, porque te hará avanzar en la recuperación del cuádriceps o del gemelo o la musculatura de la pierna como a mí me ocurrió.
Los ejercicios se pueden realizar en diversas posiciones: en flotación dorsal (boca arriba) o ventral, agrupados ó extendidos, y en posición vertical estando en contacto o no con el suelo. Para ello te puedes ayudar de cinturones flotadores ó de churros de foam, boyas o las tablas de natación tradicionales.
En Be Water se practican bajo asesoramiento de profesionales expertos en rehabilitar lesiones con ayuda de la resistencia del agua, sin apoyo del pie o de la extremidad afectada. podemos aumentar la intensidad de los ejercicios cogiendo palas, guantes con membrana o calzando aletas. Pero siempre de manera individual, personalizando la sesión en función de cada tipo de lesión y sus circunstancias particulares: estado físico, edad, incluso la motivación.
Se puede progresar también variando la realización de los ejercicios desde zonas de más profundidad a menos. Y así por ejemplo un ejercicio muy bueno es caminar y correr dentro del agua de zona profunda a menos y con cinturón flotador y sin él. Hay unos calcetines con suela de goma que agarra muy bien en las baldosas. Y otros movimientos subacuáticos como pedalear en el agua o hacer aqua- spinning, remo, stepper, aqua-pilates, etc…
Al final, todo un abanico de posibilidades para cuidar a las personas, y mejorar no sólo su estado físico, también el anímico; al ver que día a día hay una evolución positiva en la rehabilitación de la lesión. Y que lo que parecía un muro infranqueable, poco a poco se ve como un obstáculo superable. Ese afán de superación y de transmitir a los demás los resultados obtenidos, fue lo que me convirtió en un experto en materia de Hidrocinesia y Fitness acuático.
Be Water – (Cerrado)
C/ Mario Recuero, 15
28035 Madrid
Tel: 91 277 222 8/ 610 183 433