Las chicas de Belleza Pura llegamos al lugar ‘it’ madrileño de las últimas semanas. Todo tiene lugar en la Maison Lancôme, dedicada este año al 80 aniversario de la marca: cenas apetecibles, desfiles, talleres a lo Master Chef pero en maquillaje, famoseo, postureo… Hoy llegamos dispuestas a que Roberto Siguero, nuestro amigo y maquillador oficial de la casa, nos enseñe trucos para mejorar lo del sombra aquí, sombra allá.
Como no podía ser menos, el interiorista o mejor dicho, el creador de espacios mágicos Ramiro Jofre, es el encargado de la puesta en escena. Compartimos los dos desde hace mucho el lema de que la elegancia es la naturalidad. Algunos espacios, como el del photocall, me recuerdan a la ‘Alicia en el país de las maravillas’ de Tim Burton; otros, a la película ‘Chicago’. Mucho negro y metal.
Subimos con Roberto Siguero, el make up artist de Lancôme a los tocadores llenos de accesorios de maquillaje y yo pido al maestro que me enseñe cómo ‘subir’ ese ojo un poco caído, esa mirada un tanto nostálgica que me ha dado Dios.
Empieza por delinear el párpado superior con una línea de lápiz marrón muy pegada a las pestañas. Después sombrea con el mismo lápiz el extremo del ojo con un rabillo hacia arriba que se difumina hacia el interior del pliegue del párpadona hasta formar la parte externa de la famosa banana. Un poco de sombra marrón de la colección Hypnose (caja de cinco, el tono más oscuro) delinea la parte arqueada del ojo y deja todo el párpado móvil preparado para rellenarlo con el tono beige más claro también de Hypnose.
Impresionante. Me miro ambos ojos en el espejo y uno se ha elevado más por un extremo que por el otro. De pronto le difumina un poco de colorete con el pincel encima de la frontera marrón y la mirada se anima. Antes me había eliminado la ojera morado-verdosa con el corrector de Teint Miracle en el tono más claro y me había quitado el tono acelga de la cara con mi fond de teint de cabecera, el Teint Miracle 3 y unas pinceladas de Belle de teint para tener eso que los franceses llaman bonne mine. La guinda final es la mascara de pestañas Grandiose. La verdad es que a mí me parece que un maquillaje sin mascara no es tal. Es el remate que da todo el protagonismo al ojo.
Beatriz Peña se atreve a ensayar con mi otro ojo, a ver si logra ‘subirmelo’. Bueno, no está mal, pero no es lo mismo, falta oficio. Zapatero a tus zapatos. Ana Florez se ha atrevido a ponerse el ojo bien morado sin que parezca que le han dado un puñetazo y sin efecto smoky-zombie. Le queda bien pero en la foto no sale ni la mitad de guapaza que es ella. Susana Arribas se retoca, nos vamos al plató en rosita muy pink, nos hacemos esta foto y nos tomamos una copita o dos de Perrier Jouët en esas copas art noveau tan refinadas de la marca. Oye, pues qué bien nos lo hemos pasado con las chicas y chicos de Lancôme…