Jolgorio en el apacible discurrir del día, alboroto para las buenas gentes que pueblan el mundo. Gwyneth lo ha vuelto a hacer. La actriz estadounidense, conocida –y celebrada- allende las pantallas por sus ‘peregrinas’ ocurrencias, vuelve a asaltar el espacio reservado a Lo Estrambótico con su última recomendación online: los baños de vapor vaginales.
Al parecer, y siempre según la bella ganadora de un Óscar por Shakespeare in love, no hay como el vapor para dejar el útero como los chorros del oro y “equilibrar el nivel de hormonas”.
La inspiración divina surge, por si las dudas, de un SPA coreano donde ponen en práctica esta ducha turca genital, que consiste en sentarse en un minitrono para que una combinación de infrarrojos y vapor de agua con plantas limpie a fondo la matriz. Si lo unimos a su última cruzada para que se reconociera que el agua tiene sentimientos, encuentro este cambio de estado lleno de posibilidades. Qué no podrá hacer ese agua tan cariñosa en nuestras cavidades más íntimas.
Ay, Gwyneth, prescriptora de pornfood y de semillas de chia, ilustre investigadora de los secretos que aún esconde el mundo. ¿Se le suben los vapores a la cabeza o la estamos juzgando con severidad, acostumbrados como estamos a sus impopulares y desopilantes ideas sobre el cuidado personal?
Una búsqueda rápida en Google arroja una sorprendente cantidad de resultados sobre los “baños + vaginales + con + vapor”. Muy a nuestro pesar, Paltrow no acapara ella solita toda la extravagancia del planeta. El método proviene de las parteras y curanderos tradicionales, en su personalísima búsqueda de aseo para los sagrados ‘bajos’.
Nuestra procelosa Red de Redes confirma el origen coreano y maya del invento (sólo el universo sabe quién llego primero) y abunda en los presuntos beneficios colaterales del baño, como la reducción del estrés, la regulación de los ciclos menstruales, la mejora de la fertilidad, sanación de problemas de riñón y el paliativo de infecciones vaginales.
Con estas sabidurías anteriores a la era industrial nunca se sabe. A falta de estudios que confirmen la eficacia del método arcano, es probable que sea sensato mantener las vaginas tras una saludable barrera de escepticismo. Pero eso sí, con el oído abierto, abiertos al cambio. Gwyneth, no te detengas. Sepas que si estás en lo cierto y has popularizado algo esencial, es posible que te hagan embajadora de la nueva y mejorada Power Balance, de la Era de Acuario o del champú de caballo. Ya presiento la gran danza colectiva cuando la luna entre en sagitario.