Las cejas son el último vello corporal en desaparecer, aunque depende de la intensidad del tratamiento y de cada caso concreto, lo más frecuente es que cejas y pestañas vivan también su correspondiente caída capilar como efecto secundario colateral de la quimioterapia.
Mientras que el cabello se cae a los 15 o 20 días del primer ciclo y es muy fácil encontrar pelucas favorecedoras, en el caso de las cejas y las pestañas la información escasea y las soluciones no están tan claras. Puede parecer un tema menor, pero cuando realmente somos conscientes del poder expresivo que tienen las cejas es cuando las vemos desaparecer.
El maquillaje temporal o semi-permanente son los remedios más sencillos para redibujar tu expresión. A lápiz o mediante micropigmentación tus cejas pueden volver a tener la forma de siempre, incluso mejorada.
“Antes de empezar el tratamiento, ya fui a escoger mi peluca y me corté el pelo con el mismo estilo, para que la transición no fuera tan evidente. Así, cuando noté que comenzaba la caída, simplemente me rapé la cabeza y me coloqué la peluca y seguí viéndome bien. Sin embargo, en el caso de las cejas me encontré de repente, casi al final del cuarto y último ciclo de quimioterapia, con zonas calvas y despobladas, sin haber tenido a nadie que me orientara al respecto”, explica Lina, una amiga que recientemente ha pasado por un cáncer de mama. Para ella, la carencia de cejas y pestañas suponía un estigma mayor que la falta de cabello, porque se veía la tan temida “cara de enferma”. En estos casos, el maquillaje es un aliado esencial, porque una parte fundamental del estado de ánimo durante este proceso depende de la autoestima y de verse bien.
Cuando las cejas comienzan a despoblarse, pueden rellenarse los huecos con lápices de cejas, que no son tan grasos como los de ojos y resisten más tiempo sin alterarse. Es importante escoger el color lo más similar posible al de las propias cejas y difuminar ligeramente las líneas trazadas. Sin embargo, cuando el pelo ya ha caído por completo, hay que dibujar las cejas desde cero, con naturalidad, simetría y procurando mantener la forma que tenían originalmente para no alterar la expresión, lo que no siempre resulta tan sencillo. Para las menos diestras en el maquillaje, existen incluso plantillas con diferentes formas que facilitan el trabajo. Por otro lado, no desmaquillar por completo el trazo por la noche es un truco que facilita el maquillaje al día siguiente, porque se trata de productos con una permanencia muy buena y de este modo, solamente hace falta repasarlo y enfatizarlo donde sea necesario.
En el caso de las pestañas, la única solución para suplir su ausencia son las postizas, (siempre específicas para estos casos, porque los pegamentos convencionales pueden ser irritantes y peligrosos), algo no muy práctico para el día a día, pero como suele decirse, la necesidad aguza el ingenio: “Mi estrategia para disimular que apenas me quedaban dos pestañas fue delinear el ojo arriba y abajo con un lápiz cremoso que luego difuminaba bien, cosa que anteriormente no hacía todos los días“, añade Lina.
Los cosméticos específicos para cejas son la opción más interesante para casos de ausencia total de éstas, porque combinan producto en polvo y en cera para fijar adecuadamente el dibujo y que no se desvanezca durante el día, lo que sí ocurriría con sombras o lápices de ojos normales.
Kiko Cosmetics cuenta con el kit para cejas Eyebrow Expert, muy útil para mantenerlas siempre impecables, que incluye pinzas, pincel y cepillo en espiral, además de tres tonos de polvo y cera para dibujarlas a la perfección. Está disponible en dos gamas de tonos, para morenas y castañas y para castañas claras, rubias y pelirrojas.
Precio: 13,90 euros
Benefit propone el práctico set de cejas Brow Zings, que se presenta en tres gamas de tonos (claro, medio y oscuro) e incluye polvo para trazarlas y cera para darles forma además de pinzas de precisión y dos pinceles para conseguir la forma perfecta.
Precio: 32 euros.