Parece que Corporación Dermoestética echa el cierre después de 35 años dedicados a la medicina estética y a la cirugía plástica más polémicas. Con una deuda a corto plazo de más de 15 millones de euros, ha presentado esta semana preconcurso de acreedores y ha anunciado un proceso de despido colectivo para la totalidad de la plantilla. Se van como llegaron, haciendo ruido.
Desde la empresa han emitido un comunicado en el que aseguran que “el preconcurso de acreedores que ha presentado no conlleva el cese de actividad y sus clínicas permanecen abiertas para atender a sus clientes, y continúa prestando servicios con toda normalidad”.
A Corporación Dermoestética le ha acompañado siempre la polémica. No es ningún secreto que cuenta con toda una legión de pacientes damnificados por sus supuestas malas prácticas profesionales. Era tal el número de clientes insatisfechos con los resultados, que se agruparon incluso, hace más de 6 años, para crear una web, –Corporación Malestética-, en la que publicaban todos los casos de mala praxis. Lo barato, cuando hablamos de salud, suele salir caro.
Durante sus más de 35 años de vida fue la reina de la cirugía y la medicina estética gracias a sus precios imbatibles y a la financiación de los tratamientos. Hacían de todo un poco: láser, blanqueamiento dental, depilación, trasplantes capilares, liposucciones, aumentos de pecho, reducciones de estómago sin cirugía, balón intragástrico…
Esa ‘democratización’ de la cirugía estética convirtió en multimillonario a su fundador y presidente, José María Suescun. Su historia de ascensión es la de esa España cañí que parece salida de una película de Torrente. Super yate de megalujo, avión privado, un nivel de vida a todo tren y hasta una salida a bolsa al más puro estilo Jesús Gil rodeado de chicas exuberantes y dinero en un jacuzzi. Suescun presentó en 2005 la salida a bolsa de Corporación Dermoestética acompañado por 50 modelos vestidas de enfermeras enseñando pierna.
Después, coincidiendo con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, comenzó la caída libre de la empresa. Ahora presentan preconcurso de acreedores y un expediente de regulación de empleo. Parece que el despido colectivo afectará a toda su plantilla, alrededor de unos 300 empleados que trabajan en las 50 clínicas propias de la empresa repartidas en España y Portugal. 300 trabajadores a la calle y muchos de los pacientes podrían quedar colgados con revisiones, seguimiento de intervenciones o con créditos comprometidos. Parece que si el cierre no es inminente, sólo tardará unos meses en llegar.
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