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Echa un vistazo a la pasarela de esta temporada invernal desde primera fila de desfile. Siente el front row. La senda marcada por Moschino bordea la ironía y se pasea por la mueca y la diversión. Jeremy Scott prosigue el camino y recupera ese guiño loco de los 80 que siempre ha tenido la moda de Moschino, esta vez con un nuevo icono de la infancia para el envase de su perfume Moschino Toy: el osito de peluche que acompaña nuestros mejores sueños y los de Tous.
El simpar compañero de peripecias pespunta el bordado de la humorística nostalgia Scottiana. El diseñador es una suerte de niño grande que ha conseguido el favor del público con su libérrima interpretación del Sueño Dorado Infantil.
¿Entras en el juego?
Sea como fuere, resulta interesante seguir las andanzas de Moschino entre tanto iconoclasta. Este osito sólo desea, no hay más que mirar sus suaves zarpas, que le quieran.
Moschino Toy. La fragancia que contiene explora la mitología animal de un modo que se antoja simbólico, puestos a entrar en el juego. Arranca sobre una “intrigante frescura” y “la brisa de las montañas nevadas”. Si se presta atención –y se le pone imaginación-, se puede escuchar el gruñido del oso pardo, hozando feliz entre la madera, el musgo y las bayas de enebro.
Esta impresión se consigue con maderas cálidas y cremosas, pétalos de flores preciosas (violeta, zarzarrosa y espino blanco). La sensación es la que se tiene en el mundo propio y acogedor que se conserva como el mejor recuerdo.
Se puede encontrar en exclusiva en perfumerías Douglas.
Precio: 98 euros.