¿Quieres aprender a dar buenos masajes? Te lo explicamos en 4 toques con mucho tacto, en el más amplio sentido de la palabra. Más allá del roce o la fricción por instinto, el tacto es un sentido a explorar con las manos abiertas y la piel del cuerpo dispuesta a disfrutar de todos sus beneficios.
No se trata aquí de eliminar contracturas, simplemente de alejar el estrés e introducirse en los placeres de la terapia manual más antigua del mundo. Lo mejor será dejarse llevar por la propia anatomía, recorrer músculos y realizar pases de manos suaves y repetitivos. Con sensibilidad, por favor.
Una advertencia general , las rotaciones, si son en sentido contrario a las agujas del reloj tendrán un efecto relajante. Si lo haces a favor será dinamizante y despertador. El ritmo lo pones tú y/o tu acompañante en funciones de masajista.
Si no te gusta que te acaricien y te masajeen, no sigas leyendo. En caso contrario, empieza por lavarte bien las manos, cortarte un poco las uñas o limarlas, no estaría de más, y finalmente, calentar entre ellas el aceite esencial o la crema que vayas a extender sobre la piel antes de entrar en contacto con buen tacto y 4 toques muy fáciles de aprender, incluso para los más manazas.
Crema de Cuerpo Batida de L´Occitane. Se funde con la piel sin dejar un rastro graso. Muy rica en manteca de karité, tiene un 10%, procedente de comercio justo en co-desarrollo con las mujeres de Burkina Faso.
Aprendiendo a tocar. El masaje es un arte, pero también sigue unas técnicas concretas a base de manipulaciones que se pueden aprender. Todo es cuestión de ponerse manos a la obra y explorar el sentido del tacto en pareja.
• Palmoteo: Tan sencillo como dejar la mano tonta y dar pequeñas tortitas. Debes ir alternando las sacudidas con suavidad. Tus manos deben hacer percusiones huecas para no lastimar. Las sacudidas pueden ser lentas y relajantes o rápidas con un efecto más tonificante.
• Amasamiento: Como su propio nombre indica consiste en levantar, comprimir y estirar los músculos de forma parecida a la masa de un bizcocho. Basta seguir la lógica que marca la anatomía dirigiendo los movimientos a lo largo de los músculos de las piernas, brazos o espalda. Es la manipulación que aplican los masajistas deportivos para relajar y activar los músculos antes de una competición.
• Tamborileo: Es el movimiento más fácil y lo puedes poner en practica en tu propia cara para extender tus cremas. Consiste en un ligero tecleo con las yemas de los dedos, como si estuvieras escribiendo a máquina a toda velocidad.
• Fricción: Con las palmas de las manos en contacto con la piel comienza a moverlas alternativamente y en sentido contrario lo más rápido que puedas. Este pase de manos produce un calentamiento rápido de la zona. Te resultará muy útil para desentumecer cualquier parte del cuerpo. Sirve para estimular la circulación y liberar el exceso de energía. Son pases que van muy bien para empezar cualquier tipo de masaje.
Aromas con huella y rastro aromático. Los aceites esenciales de aromaterapia aportan una nueva dimensión a cualquier tipo de masaje. A través de sus aromas pueden seducir, relajar, estimular o tonificar. Las firmas especializadas en aromaterapia disponen de mezclas de aceites preparadas para el objetivo deseado: Weleda, L´Occitane. Alqvimia.. Además de los aceites esenciales puros que se pueden incorporar a cualquier “body milk”, crema o manteca corporal.
Déjate seducir por la práctica del masaje en pareja o el automasaje corporal y facial.