De ‘buenos chicos’ mod de pelo a tazón y trajecito de oficinista, a barbudos y melenudos psiconautas, a través del uso –o del olvido- de las tijeras. Fundamental la figura del peluquero que contribuyó a crear la imagen icónica, en el 66, del consolide de la beatlemanía, un estilo capilar imitado a mansalva e incrustado en el imaginario de la época. Si no como ‘el quinto Beatle’ (Brian Epstein se lo merece más), Leslie Cavendish será recordado para siempre por su decisiva participación en la imagen de los Fab Four
Cuando pienso en los Beatles, me sobreviene una avalancha de letras y música inolvidables, gritos de fans y groupies, cavernas y estadios, décadas del amor y del desmadre –Tom Wolfe dijo-, culpables japonesas lánguidas, peticiones de paz y, por supuesto, estética. Muy british y atildada en los primeros 60, siempre de negro como escarabajos peloteros, y más próxima al alucinado viaje de color sobre un unicornio al llegar a los 70. Todo en un periodo de 7 años.
En los años 60, Cavendish era aún más mozo que los Beatles y se formaba junto al venerado Vidal Sassoon, ya entonces el peluquero más admirado de Londres. A su salón acudía un sinfín de celebridades yeyé, entre ellas, la actriz Jane Asher, que por entonces estaba prometida a McCartney.
“Yo simplemente tenía el honor de lavarle y secarle su preciosa cabellera pelirroja”, declara Leslie, admirador sin tapujos de la belleza femenina. “Pero un día que el jefe no estaba en el salón, Jane me preguntó si quería ir a su casa a cortarle el cabello a su novio”.
Y claro, fue. Cuenta la leyenda que ese mismo día, Paul le tocó a la guitarra canciones de ‘Magical Mystery Tour’. Así se inició una estrecha relación personal y capilar que terminaría alcanzando al resto de Beatles excepto a Ringo, a quien se lo cortaba su mujer, Maureen.
Gracias a Leslie Cavendish, pasaron a la posteridad ciertas particularidades de los famosísimos mozos –más que Jesucristo-. Como que Paul valoraba sus orejas por encima de cualquier otro rasgo y siempre pedía que se le vieran, que George tenía el mejor pelo (“grueso, sano y fuerte”), Ringo gozaba de un precioso mechón gris natural o que John adolecía de pelo débil y posiblemente “sería el primero en quedarse calvo”. Ojalá hubiera sido así.
Cavendish colabora habitualmente en artículos o películas sobre The Beatles aportando su vivencia en esos años decisivos, y también organiza un Tour para muy fans por el Londres de la banda en su web, Beatleshairdresser.com