El día 25 de febrero acudí a la nueva delegación en Madrid de Mírame XXL, un centro especializado en el cuidado de cejas y pestañas. Mi gran experiencia fue ponerme unas extensiones de pestañas 1 a 1 Mink. A día de hoy me quedan 4 pelillos “extra large” en el rabillo del párpado derecho y un par de ellos en el izquierdo. Pero en condiciones óptimas me han durado unos 25 días, a pesar de que las he maltratado en cierta manera.
Lo primero que me dijeron es que tenía que evitar a toda costa desmaquillantes con aceites y cosmética oil-free porque entonces el pegamento podía disolverse antes. Confieso que no me he podido resistir a aplicarme los aceites de The Lab Room y Darphin que me aplico por las mañanas. Tampoco pude evitar ponerme a llorar en las primeras 12 horas de las puesta de pestañas, un fallecimiento inesperado empañó mis ojos y las extensiones con un chaparrón de lágrimas.
No sé si era por el efecto cuerpo extraño a la vista o es que no paro de restregarme los ojos a todas horas. Las pestañas surtieron un curioso efecto imán para mis dedos. Tampoco volví a los 15 días para el mantenimiento de pestañas como hubiera sido lo correcto, y no fue por falta de ganas: quería comprobar la duración real sin hacer ningún tipo de extra. Sí fuí obediente con el uso del acondicionador especial para las extensiones de pestañas. Me aconsejaron comprarlo para sellar y acondicionar las pestañas postizas y permanentes que me habían colocado pelito a pelito. El producto se llama Crystal Drop Coating Sealant (Precio: 20 euros). Es un sellador de pestañas a modo de serum refrescante embotellado como un rimmel, que me servía para humedecer un poco las extensiones, especialmente los extremos donde observe que mis ojos no drenaban con regularidad porque se me hacían legañas a ambos lados de cada pestaña. Los primeros días tenía los párpados algo más pesados y sensibles. A los pocos días me acostumbre al peso de mis pestañas gigantes.
Como el resultado es bastante natural poca gente se daba cuenta del postizo. Algunas personas me veían mejor pero no sabían porqué y otras creían que me había puesto rimmel. La verdad es que fue bonito mientras duró. Yo me veía pestañón y como los ojos más abiertos. Ni un sólo día me puse rimmel, la verdad es que no hace falta, las pestañas son de un negro inalterable y tan largas y voluminosas como prefieras.
Os cuento cómo fue la hora y media en que me construyeron unas súper pestañas una a una, pegadas justo por la línea superior de las mías propias, con un adhesivo hipoalergénico a prueba de agua. Es un trabajo muy minucioso pelito a pelito, más que de chinos de coreanos, que fueron los inventores de esta técnica en 2004. No duele pero si se puede hacer un poco pesado porque son 90 minutacos.
Tipos de extensiones de pestañas.
Existen de pelo sintético, natural o de visón. Las extensiones de pelo sintético Mink que son las que me puse yo, las encuentro bien para bodas y eventos especiales más que para llevarlas de una forma permanente. Aunque el acabdo es bastante natural no son demasiado flexibles.
Precio: 80 euros y las sesiones de mantenimiento cada 15 días: 35 euros.
Las pestañas Mink Light son más suaves, pero tienen más brillo. Su acabado es más rizado y tienen forma cónica en los extremos. Precio: 95 euros. Mantenimiento: 50 euros.
Extensiones visón Deluxe, de visón 100% auténtico, están hechas a mano y dan a la mirada un aspecto totalmente natural y seductor. Precio: 150 euros Mantenimiento: 70 euros.
Una vez puestas las extensiones, te puedes duchar, nadar y lavar el pelo con ellas porque son a prueba de agua.
Abre los ojos a las extensiones de pestañas y echa tu mirada a volar. Feliz puesta en escena.
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