Clarins es una de las marcas cosméticas de lujo que más ha apostado siempre por los ingredientes vegetales. En su amplio herbario encontramos muchas plantas medicinales con propiedades para la belleza y cuatro árboles elegidos por sus propiedades hidratantes y regeneradoras de la oxidación producida por el sol.
Bajo la copa del Arbol del Karité, el Olivo, el Baobab y el Plátano de Sombra se esconde mucha sabiduría ancestral, puesta al día por las fórmulas cosméticas de Clarins en forma de extractos vegetales y aceites esenciales, listos para ser absorbidos por nuestra piel.
Karité
Butyrospermum parkii
El karité, árbol mágico, árbol de las mujeres… Rey de las sabanas africanas, el karité es un árbol sagrado que no se debe cortar, ni dañar, y del que las mujeres son sus guardianas. Son ellas quienes recogen sus semillas, que tras la transformación, producen la célebre manteca de karité. Conocida desde la antigüedad por sus propiedades cosméticas, la manteca de karité es excepcionalmente rica en insaponificables, parte noble de los aceites vegetales con propiedades regenerantes y protectoras.Asimismo, contiene vitaminas A, D, E y F que favorecen la regeneración y la protección de la piel.
Olivo
Olea europaea
El olivo es un árbol de la región mediterránea que ha sido utilizado desde hace muchos años por su acción terapéutica. En la Antigüedad fue considerado un árbol sagrado. Los griegos y los romanos emplearon sus hojas y su aceite en la elaboración de un ungüento para los atletas y los luchadores. Sus hojas poseen una acción cicatrizante y una acción tónica cutánea que se utiliza con frecuencia en cosmetología. Del olivo se extrae el perhidroescualeno vegetal, un análogo de los lípidos cutáneos, que ejerce una eficaz acción hidratante.
Baobad
Adansonia digitata
Según la leyenda del Kilimanjaro, debido a la soberbia de este árbol, Dios lo arrancó del paraíso y lo volvió a plantar en la tierra pero al revés. Ello explica su tronco grueso y abultado, que se prolonga con unas ramas nudosas semejantes a enormes raíces. El baobab es el árbol emblemático de los países africanos situados al sur del Sahara. También llamado “árbol de la vida”, al igual que el karité. Se distingue por su impresionante tamaño, su enorme longevidad (cerca de 5 000 años) y sus múltiples beneficios. Su corteza se utiliza para fabricar cuerdas, con sus frutos se elabora una bebida con sabor a limón verde, muy apreciada por los niños africanos, sus hojas se utilizan en la elaboración de alimentos así como por sus propiedades tonificantes, antiinflamatorias y antidiarréicas.
En cosmetología, los Laboratorios Clarins demostraron la capacidad de las hojas de baobab, ricas en flavonoides antirradicales libres, para proteger la comunicación celular de las agresiones de los rayos UV. El Fito-Sunactyl 2 –creado por los Laboratorios Clarins- asocia senna alata, plátano, olivo, baobab y guisante. Este complejo exclusivo, incluido en los tratamientos solares Clarins, protege las células de la epidermis y su patrimonio genético de las agresiones del sol.
Plátano de Sombra
Platanus occidentalis
En griego “plátanos” significa “ancho”, una característica que la planta desarrolla intensamente cuando crece en condiciones favorables, como lo demuestra el plátano de Kos, en Grecia, que tiene más de 2 000 años y 14 metros de circunferencia. Este aspecto imponente y esta asombrosa resistencia se deben al particular proceso de regeneración de su corteza. Cuando el árbol alcanza la madurez, la corteza se transforma en grandes escamas (ritidomas) que se desprenden en placas dejando al descubierto una nueva corteza lisa y suave. Esta muda vegetal inspiró a la mitología griega para escoger el plátano como símbolo de la regeneración. En Europa, el plátano se cultiva por su interés ornamental y su resistencia a la contaminación. En cosmética, se aprecia por sus propiedades antirradicales libres y reconfortante.