Han pasado casi dos años desde que pasar por las manos de un peluquero se convirtió en un lujo para much@s español@s. La subida del 8 al 21% del IVA ha supuesto el cierre de más de 8.000 salones en 2013 y se ha llevado por el camino, al menos, 20.000 puestos de trabajos directos.
Ayer, peluqueros de toda España se concentraron para reclamar a Hacienda la reducción del IVA al 10%, para evitar que la sangría de cierres y despidos continúe. En palabras del presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Imagen Personal, Mariano Castaño, si la cosa sigue así en 2014 cerrarán otras 5.600 peluquerías y se perderán otros 14.000 empleos.
¿Qué es necesidad y qué es lujo?, ¿son las obras de arte un bien necesario? Puestos a soñar me encantaría tener un Dalí en el salón de mi casa (o en el baño como Roca), pero de ahí a necesitarlo… ¿No sería mejor reducir el IVA al cine o los libros para que no acabemos todos absolutamente embrutecidos?
Cortarse el pelo es una necesidad ineludible desde que el mundo es mundo, ¿teñírselo?, pues quizá también. Qué fina es la línea que separa lo imprescindible de lo accesorio. Las peluquerías son un lugar necesario, un espacio generador de autoestima donde acudir una vez al mes -o a la semana, o al año- a poner a punto nuestra imagen y enfrentar la vida con otro aire.
Peluqueros y peluqueras como confesores informales con los que ya ahogaban penas nuestras abuelas y con los que relativizar problemas sacando nuestro lado más cotilla, ¿realmente es prescindible?
Ellos intentaron que no afectara tanto a los clientes y asumieron parte de la subida del IVA, pero su ahogo económico, unido a la subida de la energía y a la crisis general que afecta a todos, ha obligado a muchos a poner el cartel de cerrado de manera definitiva.
¿No pueden meter mano a las grandes empresas que no pagan todos los impuestos que deberían?, ¿no pueden empezar a pedir a los bancos rescatados que devuelvan el dinero puesto que están teniendo beneficios?