¿Puede una King convertirse en la Queen de la vestimenta labial?
La historia de Poppy King es la de una aventurera que se empeñó en materializar su obsesión por el perfecto labial, pulsión infantil que disfrutaba con una envidiable descarga de adrenalina mística.
“Mi primera vez con un labial fue como una revelación. Me puse el lápiz de labios de mi madre ¡y me sentí como una súper heroína! Como si pudiera hacer cualquier cosa…”, recuerda la creadora.
A la tiernísima edad de 18 años, Poppy había lanzado su firma homónima en Australia, donde aún no habían llegado titanes como MAC o Bobbi Brown. Arrasó.
La sabiduría del instinto la había llevado a rozar los cielos. Ahora transmite el poder del color a todas las mujeres que adoramos las barras de labios. Y que sabemos que lo único que le falta a Lois Lane para ser Superwoman es… un poquito más de glamour.
“El glamour es muy distinto de la belleza”, dice Poppy. “La belleza, para mí, es cuestión de estructura, una cualidad física que yo no creo poseer. Las normas son muy estrictas. El glamour es algo más inclusivo y acogedor, de lo que toda mujer pueda formar parte. No hace falta montarse un vodevil, pero sí mostrar un cierto espíritu, incidir en pequeños detalles. El glamour no se detiene en si tu presupuesto es grande o pequeño. Simplemente consiste en mostrar signos de exuberancia, signifique lo que signifique para ti”.
¿Y qué hay más exuberante en un rostro que los labios, símbolo de toda clase de apetitos?
Las barras Lipstick Queen se funden con la mucosa como una segunda piel, y aportan el glamour ajeno a cánones de belleza que consigue arraigarse en la memoria. Cuando la propia personalidad es el subidón.
Existen varias líneas, inspiradas en distintas disciplinas artísticas, diseñadas en diversas texturas, sorprendentes acabados y por supuesto, enloquecedora variedad de colores donde lo difícil es elegir. A menos que seas una de esas obsesas por los labiales…
Puedes encontrar los lápices y barras Lipstick Queen en Isolée.
Precios:
Desde 24 euros.