El método The Son-Rise Program ofrece tratamiento al autismo desde hace 40 años. En 2011 fue reconocido como la mejor terapia para este trastorno durante la AutismOne National Conference que se celebra en Chicago.
Raun Kaufman, el hijo de los fundadores de este sistema (The Son-Rise Program) basado en la comprensión, la aceptación y el cariño, pasó la semana pasada por España para contar su historia de superación en un ciclo de conferencias.
El autismo es un término utilizado para designar un grupo de complejos trastornos del desarrollo cerebral. Se caracteriza, en diversos grados, por la dificultad en la interacción social, comunicación verbal y no verbal y comportamientos repetitivos. Se pueden asociar con discapacidad intelectual, dificultades en la coordinación motora, en la atención y en problemas físicos de salud. Pero cada persona con autismo es única y muchas veces tienen talentos excepcionales en las habilidades visuales, la música y habilidades académicas. Alrededor del 40% tienen una capacidad intelectual igual o superior a la media.
Raun Kaufman fue diagnosticado con autismo severo en 1974. Sus padres Barry Neil y Samahria Kaufman crearon una modalidad de tratamiento que suponía aliarse con su hijo, en vez de ir contra él, siempre desde la aceptación, la comprensión, el respeto y el cariño profundo. El método transformó a Raun, un niño sin lenguaje, con un cociente intelectual de menos de 30, en un joven interactivo, social e inteligente, que años después se graduó en la Universidad de Brown y actualmente es miembro y director del equipo de la organización sin ánimo de lucro The Autism Treatment Center of América™. Así nació The Son-Rise Program.
A España, llegó de la mano de una asociación creada por Susana y Joe, un matrimonio con una niña autista que, después de varias experiencias frustrantes con otras terapias, comenzaron a poner en práctica el método The Son-Rise Program. Después de su experiencia, crearon su asociación Vencer Autismo, que permite a familias de España y Portugal acceder a esta terapia.
Esta metodología, lejos de ser un sistema conductista, basado en el premio y el castigo, se basa en un deseo sincero de acercarse a la visión del mundo que tienen las personas con autismo. Que ellos sientan el interés de los demás por su concepción de las cosas y eso provoque el deseo de aceptarlos en su mundo y de saber más sobre el suyo.
Fortalece a los padres y profesionales, brindándoles una mirada nueva, una nueva forma de ver a sus hijos y sus vidas. Les enseña a aceptar la condición de sus hijos y a imitar sus movimientos repetitivos y rituales para ganar su atención y confianza.
Utiliza la energía, la emoción y el entusiasmo como inspiración permanente y hace del juego la base del aprendizaje y de la interacción.