Noviembre es el mes de mover el bigote. Así lo proclama el movimiento Movember, nacido en 2003 en Australia en pos de la salud masculina y ya completamente extendido por la superficie del globo.
¿La idea? Dejarse crecer el bigote durante los 30 días del otoñal mes de fin de año. El bigotudo objetivo, recaudar fondos para la lucha contra el cáncer de próstata, dando un aspecto más saludable a la cara (dura) de la enfermedad.
Nunca el activismo fue tan sencillo y económico. Del pasquín a la camiseta, pasando por la chapa, la cara asume la labor de difundir el mensaje de lucha de estos concienciados con la salud. Tu bigote, esta vez sí, dirá mucho de ti.
En octubre, los Mo Bros se registran en Movember.com. El 1 día de noviembre comienza la travesía con el rostro perfectamente depilado. A lo largo del mes, y mientras el viril mostacho toma la calle, se van congregando esfuerzos y fondos para la causa. Ensoñador como el de Dalí, pintado como el de Chaplin o frondoso como el de Freddy Mercury, cada bigote hace camino.
La ayuda de las Mo Sistas es inestimable. Las mujeres pueden contribuir en la misma medida (pero sin bigote, a menos que una haga gala de cierto hirsutismo) concienciando al personal, recaudando entre familia y conocidos, y animando a los Mo Bros. (http://es.movember.com/get-involved/mo-sistas)
El 30 de noviembre marca el final del camino, y Mo Bros y Mo Sistas celebran sus andanzas en una de las Gala Partés oficiales que se celebran en todo el mundo. Una fiesta de disfraces estrambóticamente divertida a honor y causa del mayor regalo de la naturaleza para un varón: el BIGOTE.
El programa Movember destina sus fondos a la concienciación, la educación, la vida durante y después del cáncer, la salud mental y la vida más allá de la enfermedad.
El año pasado, los afiliados recaudaron 113,5 millones de euros. A ver si este año se baten récords. ¡Hasta el bigote siempre!