Como en el lejano Oriente, cada vez se ven más paraguas de uso veraniego brotando a diestro y siniestro, para pasear por la calle con Dios y por la sombra aún a las impenitentes cinco de la tarde. ¿Te has fijado?
La única pega del paraguas fuera de su tradicional misión es que no posee protección solar, y los rayos atraviesan la tela dejando al portador menos protegido de lo que cree.
Para salvaguardar totalmente del sol, nacen las Solbrillas, una línea de parasoles con 80% de UPF que lo tapan todo, todo, todo.
En la temporada de lluvias, es frecuente que la calle se llene de ‘hongos’ de colores. Los paraguas de rayas, topitos, paisajes y animales asoman como setas al olor de la humedad, tan sencillos conceptualmente y tan prácticos. Los pobres paraguas. Son los grandes olvidados, siempre se quedan como patitos feos en casas ajenas mientras los abrigos vuelan a ver mundo.
Más vale que cambiemos de costumbres, porque nadie querría dejar olvidada su Solbrilla, con lo monas que son.
Recién creada la marca por tres jóvenes emprendedoras de 60 años –españolas, que conste-, cuenta ya con tres líneas de modelos distintos.
-Las ilustradas por artistas, para todo tipo de usuarios –incluida la gótica del barrio-, ¡y para carritos de bebé!
-Las elaboradas con telas de entre 50 y 100 años de antigüedad, por aquello de la solera.
-Las especiales para novias.
A éstas se añaden las personalizadas, que puedes encargar expresamente según tus apetencias.
Lo que las distingue de cualquier otro parasol normal es el tejido, al que se ha dedicado 3 años de I+D que incluye un 80% de UPF -siglas de Factor de Protección Ultravioleta, parámetro que se aplica a una tela-.
La ropa con UPF no es algo nuevo: cada vez más fabricantes incluyen una línea para la temporada crítica, en la idea de proteger las zonas del cuerpo que quedan bajo la ropa y que no solemos ‘encremar’ para un simple paseíto por la calle.
Para que te hagas una idea, un UPF de 30 es una protección ‘muy buena’, la de 50 es una ‘protección excelente’; de modo que el 80 que incluyen estas Solbrillas las convierten en verdaderos repelentes de los rayos UVA.
Quien más lo va a agradecer es tu cabeza a buen seguro: harta estoy yo de quemarme el cuero cabelludo cada verano si no me pongo gorrito.
Se venden online en su web.
Precio: a partir de 260 euros.