Todas fueron Marilyn, a su imagen, pocas semejanzas, pero muchos intentos. Pero M.M. Marilyn Monroe, en esencia y con todas las letras sólo hubo una, auténtica y con el mismo disfraz.
Un estilismo apropiado, las pinceladas de maquillaje precisas y el cabello decolorado con un rubio oxigenado; con o sin amoníaco, seguido de una media melena crecida con rizos flexibles…Todo eso bastaría para hacer una primera aproximación a un parecido bastante razonable. Pero atrapar su aroma en un frasco con unas cuantas gotas de perfume invisible es el talismán que consigue atrapar ese aura infantil y seductora que se aleja del sexy demasiado obvio y chabacano en que suelen caer la mayoría de los intentos de copia. Sin necesidad de acudir a la burda imitación, rubias, morenas y pelirrojas han querido atrapar esa sutil esencia perfumada que emule un parecido más o menos razonable . Si además, interpretamos la pose y el gesto podemos llegar a deslumbrar como ella o por el contrario, ensalzar aún más a la verdadera estrella que fue y será.
La sombra del icono más sexy de la historia no es alargada. Está llena de curvas, recovecos, devaneos y vaivenes que son complicados de reproducir desde otros rostros. Las dobles se suceden y la intentan resucitar por diferentes rodajes y estudios de fotografía para diferentes campañas de este siglo cada vez más vintage o retrofuturista. Enseguida se distingue el original de la copia.
Un homenaje del mundo del cine, la moda y el universo de la belleza al completo, desde j´adore de Dior a Chanel nº 5, The one de Dolce & Gabbana, y ahora: Yves Saint Laurent con otra M.M. Marilyn Mason, personaje y siglas que se alejan del mundo de la copia y se visionan en versión original. Con tez de ultratumba, con mucho Khôl cool, sin rabillo y a ceja depilada. Con la boca cerrada, muy maquillada y el cuello remachado sobre cuero negro en una imagen personal y lista también para ser copiada, quizá en el siglo XXII.
La misma caída de ojos, la sempiterna boca roja entreabierta, las consabidas ondas, un rubio melecotón, que no es lo mismo que platino, y un gesto algo cansado y poco estimulante de la nueva Marilyn Monroe: Scarlett Johanson…(con permiso de Madonna que siempre hizo una versión más libre y mejor gesticulada) ¿The one? de Dolce & Gabbana
La pretendida caída de ojos, la boca entreabierta en rojo pasión, pero sobredosis de maquillaje y exceso de polvos blancos desde la punta de la nariz hasta los párpados. Paris Hilton lanzó su impropia fragancia con el nombre de Tease, disfrazada de la actriz que fue su principal inspiración y su icono favorito.
Hay muchas otras fragancias bizarras con Marilyn como telón de fondo en diferentes fotogramas y con su nombre protagonizando el frasco con un continente y un contenido nada destacables.
Al menos no intentan copiar con dobles de medio pelo. Vuelve a ser ella, en blanco y negro, con el mítico lunar pintado que pone punto y final a su eyeliner más allá del consabido rabillo del ojo. Marilyn Monroe DNA.
Otra imagen de si misma en otro packaging y con otro perfume que subraya su nombre bajo un epígrafe de dudoso glamour.
Otra versión, en rojo y encaje con Christina Aguilera prolongando su alargada cascada de ondas platino en un remake con furor propio, que explota su faceta sexy y provocativa con la roja manzana como fruto central de la composición de su última entrega aromática del 2012. En el spot de este perfume rueda entre sábanas blancas y bañeras sin espuma, repitiendo mensaje a lo Monroe.
Un bucle de insinuación que gira sobre si mismo con resultados más o menos enfocados.